"Empecé a escribir para justificar una mentira"

"Empecé a escribir para justificar una mentira"

El escritor y periodista Jorge Asís habló de literatura y analizó el escenario posible de la Argentina del conflicto entre el Gobierno y el agro. Con su habitual dosis de ironía e ingenio, el autor de "Flores robadas en los jardines de Quilmes" criticó a Néstor Kirchner.

ANALISIS. Asís afirmó que el vicepresidente Julio Cobos salió fortalecido por la decisión presidencial de que el Congreso discuta las retenciones. LA GACETA / HECTOR PERALTA ANALISIS. Asís afirmó que el vicepresidente Julio Cobos salió fortalecido por la decisión presidencial de que el Congreso discuta las retenciones. LA GACETA / HECTOR PERALTA
18 Junio 2008
Si la gran mayoría del público que ayer colmó el auditorio del Centro Virla buscaba en Jorge Asís algunas claves para interpretar la política argentina del presente, ese público se llevó el plus de la saga, la biografía de un porteño rebelde, contada con ingenio por el autor.
El periodista y escritor protagonizó ayer la segunda de las charlas del ciclo 2008 de LA GACETA, que auspicia el Banco Santiago del Estero (BSE). No fue una conferencia, sino un diálogo con el periodista Carlos Páez de la Torre (h), en el que se habló de literatura, de periodismo y de política.
En esa hora de charla, el autor de ese best seller que fue "Flores robadas en los jardines de Quilmes" contó de su llegada a la escritura casi por casualidad, de sus mentores literarios (Cuzzani, Nalé Roxlo, Martha Lynch, Abelardo Castillo, Isidoro Blaistein), de sus migraciones del comunismo al peronismo; de su paso por el diario "Clarín" y de la construcción del heterónimo Oberdan Rocamora, de su etapa parisina en la Unesco, que, según señaló, fue muy rica, pero que los medios no registraron.
"Yo empiezo a escribir para justificar una mentira. Por uno de mis tantos trabajos, termino trabajando en el Instituto Argentino de Ciencias, donde se organizaban cursos de literatura dados por escritores, y yo era el encargado de ir a vender los cursos, porque era un buen vendedor. Y ahí empiezo a conocer a los escritores, a los tipos que me marcaron", contó el autor de "La manifestación" y "Los reventados", entre otros títulos. "Como estaba entre escritores, yo también decía que escribía. Y entonces, me puse a escribir para justificar la mentira. Me excedí un poco", afirmó el escritor. Cuando llegó el turno de hablar de "El diario de la Argentina", su novela inspirada en el diario "Clarín", afirmó que "para muchos pudo haber sido un error haberlo escrito". y opinó que "en la práctica fue un suicidio profesional". "Pasaron 24 años, y sigo con los mismos inconvenientes de 1984 o 1985 .Para muchos, es la gran irresponsabilidad literaria de mi vida, pero yo creo que es el libro que me va a sobrevivir", dijo. 

El presente
Cuando llegó el momento del Asís analista de la realidad política, el escritor afirmó que en estos días salió fortalecida la figura del vicepresidente, Julio Cobos, opinó que en la Argentina de hoy "no hay lugar para golpistas" y criticó al ex presidente Kirchner.
"Los Kirchner, cuando ellos avanzan, lo hacen a expensas del peronismo y de los grandes partidos. El crece en las encuestas a partir de la degradación del ?pejotismo?, en una relación con la sociedad, sin intermediarios. Es un gran maltratador de corporaciones culposas. En los momentos de ofensiva, a los peronistas los oculta; en los momentos de defensa, recurre a la identidad del peronismo y a todo su folclore", afirmó.
Cuando se le preguntó cómo ve el futuro, opinó: "lo más racional, desde el punto de vista práctico, es cómo se salva esta institucionalidad, porque Argentina no está para elecciones anticipadas. Y las opciones tampoco son tan apasionantes. Acá, el único que conspiró contra la probable eficacia del gobierno de su esposa es Kirchner, a quien yo le propuse trabajar en la epopeya del regreso de Racing a la primera" (risas). "Acá hay una presidencia diluída, un ex presidente que produce un cierto golpe institucional, porque se gobierna directamente desde el Partido Justicialista, cuando en realidad todos los líderes partidarios tratan de desactivar los partidos. Cuando el hombre fuerte de un partido no es el Presidente, por lo general hay conflicto; pasó con Mitterand en Francia, y con el PRI en México", opinó.

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