Fue un intérprete ideal para el género épico y portaba la imagen del héroe clásico

Protagonizó un puñado de obras que quedarán en la historia del Séptimo Arte. Un rostro pétreo con una mirada penetrante. Hombre de fe.

“BEN HUR”. Su trabajo le valió un Oscar en 1959.ARCHIVO LA GACETA “BEN HUR”. Su trabajo le valió un Oscar en 1959.ARCHIVO LA GACETA
07 Abril 2008
LOS ANGELES.- Charlton Heston es una leyenda del cine con un puñado de obras maestras en su haber que han pasado a la historia del Séptimo Arte: leyenda, ícono de varias generaciones y un actor de cine y teatro extraordinario; como bien supo ver su admirado Orson Welles, quien un día le proclamó capacidad para convertirse en el mejor actor norteamericano de la segunda mitad del siglo XX.
Heston era un hombre de fe, y en su despedida pública con ocasión de su anuncio de que padecía la enfermedad de Alzheimer, en agosto de 2002 (aunque su ultima aparición pública data de octubre de 2003 en una entrevista en la televisión), pidió a sus admiradores que lo recordaran con alegría porque su vida había sido larga, plena y fecunda.
Se casó con Lydia Clarke, su única mujer, en 1944, con tan sólo 20 años, para partir al Pacífico, donde combatió con el ejército norteamericano. A su regreso trabajó duro en el teatro y en la entonces naciente televisión. En 1950 la Paramount le dio la oportunidad de debutar en el cine profesional con Ciudad en sombras ("Dark city?) de William Dieterle. La gran trayectoria de su vida había comenzado.
Pero tal vez nunca hubiera logrado el máximo estrellato de no ser por el mítico Cecil B. de Mille, quien lo seleccionó siendo apenas conocido en 1952 para "El mayor espectáculo del mundo" ("The greatest show on earth"), Oscar a la mejor película, y en 1955 para la monumental "Los diez Mandamientos".
Con su rostro pétreo, su mirada penetrante y un carisma a flor de piel, Heston ?modelado en el teatro de Shakespeare y en los grandes clásicos a los que volvía de vez en cuando sobre las tablas? era el intérprete ideal para el cine épico.
Charlton Heston representa en la historia del cine ?y en la propia imaginería del siglo XX? la imagen del héroe clásico, del hombre esforzado con capacidad de liderazgo que podía conducir al pueblo de Israel en "Los Diez Mandamientos" o a sus fieles ejércitos en "El Cid". Pero era asimismo un extraordinario actor, no siempre reconocido, y un hombre con el valor suficiente como para expresar su pensamiento, aunque fuera políticamente incorrecto. Junto a John Wayne y Gary Cooper fue el más grande de todos. (Especial)

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