Alguna vez fueron negros; hoy lucen celestes y grises dentro de una cabina de diseño moderno. Aunque existen cientos de ellos en las calles de San Miguel de Tucumán, la indiferencia de los usuarios los está volviendo invisibles. Aquellos involuntarios intermediarios de conversaciones íntimas de novios melosos, diálogos fuertes de consortes enemistados y de confidencias de mujeres al borde de un ataque de nervios comenzaron a vivir su ocaso. Las principales causas de que esto pase son la arrolladora expansión de la telefonía celular y la habilitación de telecentros y las telecabinas, que aseguran una diversidad de servicios -internet, fax, venta de tarjetas telefónicas, entre otros-, comodidad y privacidad.
"Entre un 15% y un 20% de las llamadas de la telefonía pública se efectúan desde los aparatos callejeros", dijo vía telefónica a LA GACETA, Susana Menéndez, jefa de la región norte de Prensa y Relaciones Institucionales de Telecom, con sede en Salta. Agregó que el precio de estos aparatos ronda los 1.000 dólares y que su mantenimiento cuesta más de $ 100 mensuales. "El resto de las llamadas se hace desde locutorios, cabinas o aparatos instalados en comercios -más conocidos como teléfonos semipúblicos- y desde servicios semipúblicos de larga distancia -están ubicados en zonas donde no hay servicio telefónico fijo o domiciliario-", agregó.
"En la capital tucumana hay 270 teléfonos públicos callejeros -820 en toda la provincia-, con una mayor concentración en el microcentro, contra 215 telecentros y telecabinas que utilizan 750 líneas en total. Por otra parte, se estima que hay un promedio de casi un celular por habitante -sólo Telecom colocó 14 millones de móviles-. No creo que esa tendencia varíe mucho en Tucumán. Aún más, sería una línea promedio de celular por persona contra casi 369 habitantes por línea de telefonía pública en toda la provincia y casi 1.800 teléfonos residenciales por cada aparato de la calle", destacó la ejecutiva.
A pesar de las cifras, los aparatos que alguna vez fueron destinatarios de algún arranque de furia, por el cual éramos capaces de golpearlos e insultarlos hasta que nos devolviera la moneda que nos tragaba, seguirán vigentes. "El teléfono público de las calles cumple una función social. Es el único servicio disponible las 24 horas de todos los días del año. Es imprescindible para una comunidad carente de líneas domiciliarias, celulares u otro canal alternativo. Reemplaza al celular cuando este se queda sin batería o sin crédito y el telecentro está cerrado", enfatizó Menéndez. Destacó que también es valioso cuando alguien se queda sin dinero para pagar la llamada porque se puede hacer una con cobro revertido. En ese caso, se debe llamar al #19 (numeral 19).