Washington.- El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, reconoció que el organismo enfrenta una situación más díficil que la que de 2001 para responder a la desaceleración de la economía del país, debido a la restricción que impone la inflación a una baja más agresiva de la tasa de interés de referencia.
“(En 2001) los efectos de las bajas en el mercado de acciones (las Bolsas) fueron principalmente sobre las inversiones. En este caso, los consumidores están llevando la carga de los efectos”, respondió Bernanke, a una de las preguntas que le formularon en la Comisión Bancaria del Senado de EEUU.
Según el funcionario, el grueso de las presiones inflacionarias en la economía estadounidense proviene de las alzas en los precios de la energía y los alimentos, que se fijan en los mercados globales.
Bernanke dijo que EEUU está lejos de una estanflación (mezcla de inflación y estancamiento económico) como la de los 70. Y, con respecto al dilema que le presenta a la FED el riesgo de una estanflación -el estancamiento requiere una baja de tasas y la inflación, una suba de estas-, aseguró que el organismo está listo para un nuevo recorte.
La estanflación llegó en Estados Unidos a sus máximos niveles en la década de los 70, cuando el desempleo se aceleró y la economía permaneció deprimida incluso cuando la inflación alcanzó porcentajes de dos dígitos. “Estamos enfrentando una situación en la que tenemos simultaneamente una desaceleración en la economía, tensión en los mercados financieros y presión inflacionaria por los precios de los artículos de importación”, admitió.
El presidente de EEUU, George W. Bush, también reconoció que la economía de su país está sufriendo una desaceleración en el crecimiento, pero rechazó de plano que esté al borde de una recesión, ya que se actuó de manera robusta, según dijo, para evitarla.
Bush descartó la idea de un nuevo plan de reactivación y defendió la política de un dólar fuerte, en momentos en que el billete verde está en su nivel más bajo frente al euro (ver “Dólar, oro y petróleo”).
En Wall Street se precipitaron las ventas luego de que Bernake vaticinara la probabilidad de nuevas quiebras bancarias debido a la crisis hipotecaria. También agregó una dosis de pesimismo el dato del PIB correspondiente al cuarto trimeste del año anterior en EEUU: subió un 0,6%, por debajo del 0,8% esperado por los especialistas. A este escenario se suma una inflación creciente (minorista y mayorista) lo cual da como resultado una alta probabilidad de que realmente esté ocurriendo una estanflación, que para los expertos es la peor de las combinaciones. Además se produjo un aumento en las peticiones iniciales de desempleo.
Los principales plazas accionarias internacionales cerraron con mayoría de bajas. En Europa las bolsas se repartieron caídas del 1,54%, en Zurich, hasta el 2,08%, en París. (Télam-AFP-NA)
LAS VARIACIONES
Dow Jones
-0,88%
Standard & Poors:
-0,89%
Nasdaq:
-0,94%
Londres:
-1,82%
París:
-2,08%
Frankfurt:
-1,93%
Madrid:
-1,35%
Milán:
-1,30%
Tokio:
-0,75%
Hong Kong:
0,44%
Sydney:
-2,01%
México:
-0,97%
Brasil:
-0,06%
Chile:
-1%