Viajar en colectivo es una odisea que enfrentan a diario miles de tucumanos

Viajar en colectivo es una odisea que enfrentan a diario miles de tucumanos

Desde 2005, antes de que se aprobara el último aumento del cospel, sólo fue renovado el 35 % de las unidades.

COCHES NUEVOS. Desde 2005 sólo se renovó el 35 % de los coches; los empresarios dicen que si el cospel aumenta comprarán más vehículos nuevos. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO COCHES NUEVOS. Desde 2005 sólo se renovó el 35 % de los coches; los empresarios dicen que si el cospel aumenta comprarán más vehículos nuevos. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO
25 Febrero 2008
Asientos cuyo tapizado está destrozado; pisos cubiertos de tierra; vidrios rotos y ventanillas que no se cierran ni se abren; caños oxidados forman parte del panorama con el que se enfrentan a diario los miles de tucumanos que viajan en colectivo.
Además del precio del boleto, que para muchos es excesivo ($ 1,20), quienes usan este servicio público encuentran otros motivos para quejarse. "Tenemos que viajar amontonados como ganado, porque los choferes dejan subir más pasajeros de lo permitido. Incluso, en muchas oportunidades, los últimos en ascender deben ir colgados de la puerta", reclamó Silvia, mientras esperaba que llegara un interno de la línea 10. Liliana, una docente de 51 años que vive en el barrio Diza, dijo que la mala frecuencia de circulación de las unidades de la línea 11 le causa dolores de cabeza a diario.
"Después de las 21 hay que esperar por lo menos 40 minutos para tomar un ómnibus, porque ningún chofer respeta los horarios", se quejó. "Eso, sin contar que todos los coches están muy sucios y a veces los pasajeros ni siquiera pueden sentarse en los asientos por la cantidad de tierra que hay", agregó.

Promesas incumplidas
"Cómo puede ser que ahora también quieran aumentar el precio del boleto, si desde que cuesta $ 1,20 no renovaron la flota ni hicieron las mejoras que habían prometido", denunció Manuel, un usuario que viaja cuatro veces por día en la línea 5.
El deficiente servicio de transporte público en San Miguel de Tucumán es motivado, según Daniel Orell, miembro de la Asociación de Empresarios de Transporte Automotor de Tucumán (Aetat), por un solo factor: la tarifa del pasaje. "Para cubrir todos los costos de funcionamiento de las empresas, en 2006 se necesitaban $ 1,58 (ese año, el Concejo Deliberante estableció que el cospel costara $ 1,20). Cuando se retacean las tarifas no se pueden cubrir determinados costos", explicó. Es por eso que Orell consideró que lo que se deja de pagar en la tarifa del boleto se ve reflejado en la calidad del servicio que brindan las empresas de transporte público. Hace unos días, los empresarios pidieron que se les permita aumentar el precio del cospel a $ 1,73. Entre los concejales prima la opinión de incrementar el valor del pasaje, pero a $ 1,40.
En julio de 2006, cuando el intendente Domingo Amaya dio vía libre al aumento del cospel, las 17 empresas que explotan las 14 líneas de colectivos de la capital se comprometieron a mejorar el servicio.
El director de Transporte Municipal, Julio Rocha, contó que, a pesar del compromiso, las líneas 5, 8, 11, 19 y 4 nunca hicieron las inversiones pactadas. Sin embargo, Amaya les permitió, por medio de un DNU, seguir circulando. Según Aetat, desde 2005 se renovó sólo el 35 % de las unidades
Por mes, son 397.375 los pasajeros que viajan en cada una de las 14 líneas de colectivos urbanas que transitan en San Miguel de Tucumán. La presidenta de la Comisión de Transporte del Concejo Deliberante, Teresa Felipe de Heredia, dijo que, a su criterio, las condiciones de los colectivos son deficientes. "Por eso, en caso de concederles un nuevo aumento, les impondremos condiciones mucho más exigentes", agregó.

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