Costó $ 250 millones en 1979

Los contrastes entre las escuelas nuevas que financia la Nación y el estado edilicio de los viejos establecimientos generan discriminación. Nadie se explica que, con tanto dinero que envió la Nación a la provincia, haya quedado casi en ruinas una escuela como la Delfín Jijena, ubicada en un barrio de extrema pobreza, a menos de 20 cuadras de la plaza Independencia,detrás del Hipódromo de Tucumán.  La escuela lleva el nombre del primer maestro normal argentino, Delfín Jijena, y fue construida en 1979, con el llamado Fondo Patriótico Azucarero, según reza la placa conmemorativa. Ese año se invirtieron 250 millones de pesos viejos, y los alumnos podían gozar de una cancha de básquet reglamentaria, sanitarios, un inmenso patio y seis enormes aulas. “Entonces, los niños pobres asistían a una escuela de lujo”, recordó la conserje, quien compartió relatos de sus mayores.   El jueves pasado, LA GACETA llegó al lugar: la escuela fue destruida durante las vacaciones por falta de seguridad. A una semana del inicio de las clases, las aulas no tienen vidrios; los baños están inutilizables y las paredes sin pintar. A falta de espacio  para la EGB 3 se construyó un aula que quedó inconclusa: revoque grueso, piso de cemento y pupitres viejos.