Murió un joven arrastrado por el río Grande

Murió un joven arrastrado por el río Grande

Preocupación. En varias localidades del sur, los vecinos viven atemorizados ante las posibles inundaciones.

TODO MOJADO. En casas del sur, la ropa no se seca y tampoco los suelos.LA GACETA / OSVALDO RIPOLL TODO MOJADO. En casas del sur, la ropa no se seca y tampoco los suelos.LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
01 Febrero 2008
A causa de las lluvias que cayeron ayer, se produjo la crecida de Río Grande. En la zona de Anfama, un joven de 16 años, que intentaba cruzar el cauce a caballo, fue arrastrado por una correntada y falleció a las 17. La víctima es Jesús Indalecio Monasterio, que se domiciliaba en Bajo de Anfama, según informó la Policía.
En el Sur de la provincia varios ríos crecieron y los vecinos de algunas localidades se mantienen en alerta. Las distintas reparticiones de Defensa Civil monitorean constantemente los ríos y arroyos en cada una de las ciudades y comunas del interior. Eloy Ribadeo está la frente de esa repartición en Monteros. "Estamos controlando las aguas de los cuatro ríos de la ciudad, varios de estos tienen afluentes que viene desde la zona de montaña, donde las lluvias han sido constantes en los últimos días. Hasta el momento sólo tuvimos inconvenientes de anegamientos en algunos sectores y casas específicas debido a que el agua tarda un poco más en bajar", resaltó.El río Seco, en la localidad del mismo nombre, el Pueblo Viejo, en Monteros, y el Gastona, en Concepción, son los cauces que más aumentaron su volumen en los últimos días. Los que mayores peligros afrontan son las personas que viven muy cerca del cauce.
Nora del Valle Ledesma habita una precaria vivienda a la vera del río Romano, en la entrada de Monteros. "Estamos rodeados de agua. Estos días vivimos con el corazón en la boca, controlando el río de manera constante. Todas la veces lo mismo, hay un barranco aquí que está lleno de agua ahora. Puede pasar cualquier cosa si sigue lloviendo", dijo.
El barrio San Roque está ubicado al límite de la comuna de Arcadia y la Ciudad de Concepción. El río es la frontera. Allí, hace dos semanas creyeron que la historia de 2007 se repetiría. El agua alcanzó casi medio metro de altura en algunas casas. Todavía puede verse las marcas en la pared. "Por suerte esta vez nos dimos cuenta a tiempo y logramos sacar algunas de las cosas hasta la ruta. Ahora tenemos lo poco de valor que pudimos comprar este año arriba, en la parte superior de los muebles", contó.
"Es imposible dormir de noche; tenemos mucho miedo. Está lloviendo y cuando el agua se viene es muy difícil que lleguen a tiempo para ayudarte en algo. Ya tenemos unos bolsos armados para salir cuando sea necesario. Aquí lo importante es tratar de poner en un lugar seguro a la familia y llevarte con vos la mayor cantidad de cosas", expresó Héctor Soria.
Juana Romero, entre lágrimas, contó que para no arriesgar la vida de su nieto, que es bebé, decidieron llevarlo a la casa de sus familiares, donde está protegido de posibles inundaciones. La mujer, de 68 años, comparte su casa de dos habitaciones con su hija y sus nietos. "Aquí hay que vivir con los ojos y los oídos atentos, sobre todo de noche. Cuando escuchas los estruendos que hace el agua, no queda otra más que correr. El río puede llegar a ser tu peor pesadilla", sentenció Romero.

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