27 Diciembre 2007 Seguir en 

TARTAGAL. En su ciudad natal nadie lo olvida.

En Ledesma juega un fenómeno. En aquella época -principios de los 80- los datos pasaban de boca en boca y no había videos que engañaran a dirigentes cándidos. A los jugadores se los veía en la cancha y se cerraba el trato con la plata en la mano. Ese coyita petiso, morrudo, encarador, rápido, obsesionado con el gol, tan simple como el fútbol mismo era, efectivamente, un fenómeno. San Martín lo trajo en el momento justo y lo disfrutó a fondo. En el borde del área, Gutiérrez ponía la quinta y el pique corto dejaba a los defensores clavados al piso.