Una segunda oportunidad, donde renace el deseo

Una segunda oportunidad, donde renace el deseo

16 Septiembre 2007
Dicen que la primavera predispone a las personas a enamorarse. Dicen que las mariposas revolotean en los estómagos cuando se acercan. Dicen que se renuevan las ganas de vivir, de empezar cosas nuevas. Pero, ¿qué tiene que ver el clima en todo esto? ¿O se trata quizás de una cuestión cultural?
La sociedad teje historias y creencias en torno a la primavera. El psicoanalista Osvaldo Aiziczon considera que existe un imaginario colectivo que presenta como primaveral todo lo que tiene que ver con los deseos, con los estados de plenitud y de bienestar, con la búsqueda de la felicidad.
“Está asociado a una fantasía de satisfacción total. La primavera simbólicamente hablando se presenta como una gran posibilidad de estar bien”, asegura.

Idea cultural
El entusiasmo en esta estación del año está sostenido por una idea cultural, dice el experto. “La primavera tiene que ver con el renacimiento, la legitimación, la renovación. Se presenta como una segunda oportunidad de la vida, donde renace el deseo”,  detalla.
Según Aiziczon, la primavera tiene otras simbologías importantes. “Por un lado, es una estación que está antes del verano, cuando el calor tiñe y agobia todo. Principalmente, está después del invierno. Esto quiere decir que los que sobrevivieron al frío del invierno simbólicamente pasaron los sinsabores y las dificultades y con la llegada de la primavera ya están en condiciones de desplegar todo lo que quieren”, explica. Y añade: “quizás sea por esto que mucha gente está convencida de que va a encontrar el amor en la primavera”.