"De alguna manera, el lenguaje nos constituye"

"De alguna manera, el lenguaje nos constituye"

El filósofo Roberto Rojo asistió invitado al Congreso de San Juan. Rojo y la profesora Lucía Piossek Prebisch de Zucchi fueron distinguidos ?"maestros de la Filosofía".

INQUIETUD. Rojo advierte que la ciencia evoluciona sin límites. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI INQUIETUD. Rojo advierte que la ciencia evoluciona sin límites. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
11 Agosto 2007
"No sé a dónde va el mundo, la ciencia evoluciona como si no tuviera término. Me pregunto cómo será el mundo planetario con el recalentamiento terrestre, y acompañado de un gran desarrollo tecnológico. Se necesita de la mente de un novelista y de un utopista aguzado para poder avizorar ese futuro de posibilidades", afirma Roberto Rojo.
El mes pasado, el filósofo y su colega Lucía Piossek Prebisch de Zucchi fueron invitados en calidad de "maestros" a participar en el Congreso Mundial de Filosofía que se realizó en San Juan, y que fue clausurado por la senadora Cristina Fernández de Kirchner. Rojo no la escuchó a la candidata presidencial, pero sí recuerda el discurso que dio Juan Domingo Perón en 1949, en el cierre del Congreso de Filosofía que se organizó entonces en Mendoza, y en el cual se inspiraron este año los kirchneristas.
"Yo había participado en el congreso de Mendoza, que cerró en su momento Perón con un discurso brillante, que seguramente le escribió algún filósofo, y que fue multitudinario. Estaban todos los filósofos destacados de la época. Se lo esperaba a Heidegger, que finalmente no llegó. En esa época estaba en boga el existencialismo, aunque también había otras corrientes. Y a éste también fue mucha gente, aunque yo sólo estuve un par de días", dijo Rojo a LA GACETA.
Nacido en Santiago del Estero, tucumano por adopción y maestro de numerosas camadas de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, Rojo empezó trabajando la disciplina Lógica y por esa vía llegó a la pregunta filosófica por el lenguaje, cuando descubrió a Wittgenstein, un pensador que todavía lo deslumbra.
"A mí me interesa, más que nada, resolver los problemas filosóficos a la luz del problema del lenguaje. Creo que el lenguaje es el gran descubrimiento de la filosofía. Es fundamental para el conocimiento humano. La filosofía griega se ha ocupado siempre del lenguaje; pero nunca había ocupado el papel central que tiene ahora", afirma Rojo. "El lenguaje -remarca- es una llave misteriosa porque con él es posible conocer el mundo. Somos lo que somos en gran parte por el lenguaje. El lenguaje nos constituye, de alguna manera". Sin embargo, sus búsquedas filosóficas son incansables, y el presente lo encuentra sumergido en una reflexión acerca de la relación entre la ética y la razón. A los 83 años, aun cuando observa que el presente es un mundo angustiado por el horizonte de incertidumbre que le sugiere el futuro, Rojo, el maestro, sigue creyendo en la riqueza de la docencia, y en el valor de la curiosidad como disparador de las grandes preguntas filosóficas.
"Uno no advierte que el chico, cuando pregunta algo, generalmente está investigando la causa de ese algo. El chico está permanentemente planteando problemas sobre la razón, sobre la culpa", afirma Rojo, para quien sus nietos son una referencia sobre el presente y sobre el futuro. "Los chicos - opina el filósofo-tienen una sensibilidad distinta de la nuestra. Ven cosas que nosotros no advertimos. Me parece que tienen preguntas, pero a la respuesta la tienen en la computadora".