Las coincidencias desafortunadas

Las coincidencias desafortunadas

La sucia discusión entre candidatos a gobernador de la provincia más austral del país. Según se dice, el jefe de Estado saludará al ganador de la elección porteña. Por Angel Anaya - Columnista.

19 Junio 2007
BUENOS AIRES.- El debate electoral de Tierra del Fuego, cuya jurisdicción constitucional integran las islas del Atlántico Sur, ha sido tal vez el más sucio de todos los que se ventilan en la actualidad, pues a las habituales imputaciones pasatistas se han sumado hechos testimoniales escandalosos que habrían dado lugar al corte de servicios insulares de internet. La isla paradisíaca y legendaria prisión se asomó así al mundo coincidentemente con  el 25° aniversario del fin de la guerra de Malvinas en un contraste severo y cuando el conflicto por la soberanía se ha diluido nuevamente en otra recomendación inoperante en las Naciones Unidas. Entretanto, y especialmente en los mismos días, el intercambio de correspondencia y los encuentros entre veteranos que se enfrentaron en la desolada turba malvinera, se producen aquí y allá demostrando un sentido común que no es frecuente en la política. Oficialmente, para nuestro gobierno, los malvinenses no existen, están en Londres, donde el argumento consiste en dejar el problema a los isleños. Ese largo cuento sin fin ya no funciona en la realidad internacional, y el modelo en boga es ahora el de España e Inglaterra, socias en la Unión Europea, con referencia a Gibraltar, donde la convivencia de ambas poblaciones llegará en algún momento a ser tan poderosa como la realidad geográfica en el tiempo de las comunicaciones.
La semana del ballottage porteño siguió sin cambios con el feriado largo, pero muy especulativa en cuanto a cómo habrá de reaccionar Kirchner ante lo irremediable. La opinión más cautelosa y con algo de fundamento que llega de su entorno, asegura que saludará al ganador. Si eso ocurre, la réplica de Mauricio Macri sería un virtual inicio del diálogo mínimo de los dos jefes del predio federal. Por cierto que no existe antecedente alguno de que quien gobierna hoy desde el sillón de Rivadavia no haya corregido sus desbordes si una mayoría rotunda se lo exige. Hace cuatro días, la Legislatura de Santa Cruz resolvió por unanimidad, sin discusión y a libro cerrado, reimplantar el régimen de paritarias laborales congelados por él en su provincia hace 16 años, poniendo fin a la crisis, ¿Por qué no ahora puede intentar desdibujar el perfil de un rival ganador que debe ponerse a prueba en el gobierno del electorado más independiente? El tema de la seguridad y del orden público en la ciudad autónoma es precisamente el más apropiado para la negociación, y todo indica que Macri es consciente de que esa herramienta negociadora está en las manos de Kirchner y no en las suyas. (De nuestra Sucursal)