Una reina infiel

Una reina infiel

María, hermana de "Sissí" y esposa de Francisco II de Nápoles, no pudo soportar su matrimonio "blanco" y tuvo dos gemelas con un apuesto oficial. Después de eso se produjo un cambio drástico en su marido y vivieron normalmente.

FRANCISCO II CON MARIA. En 1859 se tomó esta fotografía de la pareja, recién casada, en Nápoles. FRANCISCO II CON MARIA. En 1859 se tomó esta fotografía de la pareja, recién casada, en Nápoles.
11 Mayo 2003
Francisco de Borbón, duque de Calabria, hijo del rey Fernando II de Nápoles, no tenía aspecto muy agraciado. A pesar de que era heredero del trono, su padre y sus hermanastros lo tenían a menos, impresión que se transmitía al pueblo, que le calzaba apodos. Pasaba los días envuelto en la abulia, rezando ante las imágenes del palacio.
Entretanto, muchos kilómetros más allá, Ludovica, esposa del duque Maximiliano de Baviera, apuntó al esmirriado Francisco como posible marido para una de sus hijas, María. Ya había ubicado a una, Elizabeth (la famosa "Sissi") , con el emperador Francisco José, y le parecía conveniente tener dos hijas reinas. Así, las cosas se arreglaron rápidamente, y la boda se realizó en 1859. Francisco había cumplido 23 años y María contaba 18.
Según los biógrafos, el matrimonio recién se consumaría después de muchos años, a causa de un pequeño problema en el organismo de Francisco. Esto se hubiera solucionado con una mínima operación, pero Francisco, aterrado, se negaba a encararla. Así, la bella e impetuosa María tuvo que resignarse a unas nupcias "blancas". Le resultó obviamente difícil. Pero como al muy poco tiempo murió el suegro y su esposo asumió el reino con el título de Francisco II, el poder y sus halagos le resultaron una distracción. Por otro lado, entre los reyes de entonces no estaban previstos los escándalos y menos los divorcios.Claro que muy poco después empezaron a ponerse bravas las cosas en Nápoles, a partir de la guerra con Austria. Sobrevino la acción demoledora de Garibaldi y, a pesar de las medidas liberales que ofreció el monarca, los rebeldes no le dieron tregua. Francisco II debió dejar su reino en 1861 y exiliarse, junto con María, en Roma. A la esposa insatisfecha, la vida en la Ciudad Eterna se le convirtió en pesada y rutinaria. Pronto le hallaría un atractivo.
Al frente de la escolta de honor que le habían acordado estaba un hombre muy apuesto, el conde belga Armand de Lawayss: alto, rubio, de unos 25 años. María quedó prendada de este caballero que irradiaba fascinación. Empezaron a verse todos los días, con el pretexto de que ella quería cabalgar y Armand era un experto jinete.
Semanas después se convirtieron en amantes. Facilitó la situación, como siempre, la complicidad de Marieta, una doncella de la reina exiliada. Ella arregló para las citas un cuartito en el palacio Farnese, donde vivían Francisco y María. Todas las noches guiaba a Armand hacia ese aposento y vigilaba que no hubiera peligros cuando salía, a la madrugada.
Como era presumible, un día María quedó embarazada. Rápidamente convenció a Francisco de que estaba enferma, y que sólo se curaría con una larga temporada junto a su familia, en Baviera. Hacia allí partió. Ya en Possenhofen, confesó su drama a los padres. Quedaron todos de acuerdo con guardar silencio y evitar el escándalo. El rey de Baviera, Maximiliano, prometió ayudar a su parienta bajo la condición de que abandonara para siempre a Armand.
El 24 de noviembre de 1862 ocurrió el parto. Nacieron dos gemelas, a las que se bautizó Viola y Daisy, y que fueron confiadas de inmediato a un párroco del campo. Luego, María decidió escribir a Francisco a Roma y contarle la verdad. Asombrosamente, su marido se limitó a pedirle que volviera, cosa que ella hizo al poco tiempo. Nunca hablaron del asunto. Además, Francisco resolvió finalmente operarse, y desde entonces tuvo una vida conyugal normal. Tiempo después les nació una hija, que alcanzó a vivir cuatro meses. Francisco murió en 1894 y María se estableció en un palacio de Neuilly, cerca de París, donde vivió hasta 1925.
En cuanto a Armand de Lawayss, se enfermó gravemente cuando trataba de ver a sus hijas, y murió en 1870. Al año siguiente falleció Daisy, una de las gemelas. En cambio Viola pasó en tutela a sus tíos Wallersee y se convirtió en María Luisa von Wallersee. Casada con el conde Larish, fue la gran favorecedora de los amores de su primo Rodolfo de Habsburgo con María Vetsera, que culminaron en la tragedia de Mayerling en 1889.

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