El 3% de la población argentina es alérgica a algún alimento

El 3% de la población argentina es alérgica a algún alimento

Etiquetas poco claras ponen en riesgo a quienes padecen reacciones que son provocadas en un 90% por ocho alimentos del "G-8".

11 Abril 2007
Se estima que alrededor del 3% de la población argentina es alérgica a algún alimento. Este tipo de alergia es una respuesta exagerada del sistema inmunológico que erróneamente considera a un alimento como un elemento nocivo. El organismo ve a la sustancia como una amenaza y crea anticuerpos específicos contra ella. Por eso la próxima ocasión en que dicho alimento sea ingerido serán liberadas grandes cantidades de mediadores químicos para protegerse del agresor que provocará una cascada de síntomas que pueden afectar en su forma más severa al sistema cardiovascular y comprometer seriamente la vida de la persona.
La reacción alérgica no debe confundirse con una intolerancia alimentaria: estas serían reacciones adversas que no involucran al sistema inmunológico. Un ejemplo clásico es el de la intolerancia a la lactosa -presente en la leche-, donde la persona carece de la enzima necesaria para digerirla.
A pesar de que una persona puede ser alérgica a cualquier alimento, hay ocho que son responsables del 90% de todas las reacciones alérgicas: leche, huevo, maní, frutos secos, pescado, mariscos, soja y trigo. A estos se los llama grupo de los "Grandes Ocho" -"G8"-. A la vez, hay otros denominados los "Segundos Ocho" que también pueden causarlas: sésamo, semillas de girasol, semillas de algodón, semillas de amapola, frijoles, lentejas, tartrazina y sulfitos (usados estos como aditivos).
Los síntomas de una alergia varían y pueden incluir desde la sensación de picazón en la lengua y la garganta, ronchas en la piel, vómitos, diarrea, cólicos abdominales, dificultad respiratoria y tos seca, hasta la caída de la presión arterial, asfixia, pérdida del conocimiento, convulsiones. Hasta hubo casos de paro cardiorrespiratorio y muerte.
Esos síntomas aparecen, en general, luego de los dos minutos y hasta dos horas después de haber ingerido el alimento en cuestión.
Según explicó la nutricionista e integrante de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas Elisabet Tassiello, las etiquetas y rotulados de los envases no siempre permiten ver claramente los componentes. "La legislación argentina es incompleta en este aspecto y no satisface las necesidades de la población alérgica por alimentos. En Estados Unidos y en la Unión Europa no ocurre lo mismo: allí las empresas están obligadas a mencionar a los ?G8? en todos los productos alimenticios", sostuvo la nutricionista.
Si bien en los últimos años algunas empresas argentinas se comprometieron a indicar en sus etiquetas a los G8 como exigencia del mercado para poder exportar al resto del mundo, en realidad son muy pocas las que lo hacen.