23 Agosto 2006
JERUSALEN. Civiles israelíes protestan ante la oficina de Olmert. “Los errores tienen un costo”, dice una leyenda. REUTER
JERUSALEN.- El primer ministro israelí, Ehud Olmert, prometió que Israel levantará su embargo aéreo y marítimo del Líbano una vez que sea desplegada la fuerza de paz en la frontera entre ambos países. Olmert, que afronta duros cuestionamientos en Israel por el manejo del conflicto con Hezbollah, se refirió de este modo al pedido de Beirut a la comunidad internacional para que se obligue a Israel a levantar el bloqueo.
El gobierno israelí había anunciado que continuaría con el bloqueo mientras no se desplegaran los casos azules, para prevenirse contra el rearme del movimiento libanés Hezbollah, que, según Tel Aviv, está apoyado por Irán y por Siria.
Un plan incompleto
El 14 de agosto empezó a regir el cese el fuego entre Israel y la milicia chiíta libanesa, que había sido aprobado por unanimidad por el Consejo de Seguridad de la ONU. Israel aguarda la llegada de una fuerza internacional de 15.000 efectivos, que reforzarán la presencia de otra fuerza de igual número de soldados libaneses. Estos últimos ya ocupan vastas regiones del sur del país, en cumplimiento de la resolución de la ONU, pero la conformación de la fuerza de disuasión de la ONU se muestra cada vez más complicada.
Un mar de dudas
Sucede que varios de los países oferentes de cascos azules piden contenidos precisos y una definición clara del rol que cumplirán las tropas en el sur del Líbano. Muchos temen que sus hombres queden atrapados si se produce un rebrote de la guerra, sin saber si deben defenderse o actuar -y en este último caso, contra quién - para restaurar el orden. Llenar el vacío de seguridad puede llegar a tomar tres meses, admitieron expertos de la ONU. Incluso violaciones involuntarias de la tregua arriesgarían un reinicio de los combates. "La situación es extremadamente frágil", dijo Terje Roed-Larsen, enviado de alto rango de la ONU, tras reunirse con Olmert en Jerusalén. Finlandia, que preside temporalmente la Unión Europea, convocó a una reunión de ministros de Relaciones Exteriores del bloque para el viernes en Bruselas, a fin de discutir los compromisos que asumirá el contingente, que hasta el momento es bastante reducido.
La participación europea es vital para el despliegue de una avanzada de 3.500 soldados antes del 2 de setiembre. Italia ha ofrecido más de 3.000 hombres y el liderazgo de la fuerza, pero exige un acuerdo unánime para ejercer como tal en la fuerza multinacional. (Télam-Reuter)
El gobierno israelí había anunciado que continuaría con el bloqueo mientras no se desplegaran los casos azules, para prevenirse contra el rearme del movimiento libanés Hezbollah, que, según Tel Aviv, está apoyado por Irán y por Siria.
Un plan incompleto
El 14 de agosto empezó a regir el cese el fuego entre Israel y la milicia chiíta libanesa, que había sido aprobado por unanimidad por el Consejo de Seguridad de la ONU. Israel aguarda la llegada de una fuerza internacional de 15.000 efectivos, que reforzarán la presencia de otra fuerza de igual número de soldados libaneses. Estos últimos ya ocupan vastas regiones del sur del país, en cumplimiento de la resolución de la ONU, pero la conformación de la fuerza de disuasión de la ONU se muestra cada vez más complicada.
Un mar de dudas
Sucede que varios de los países oferentes de cascos azules piden contenidos precisos y una definición clara del rol que cumplirán las tropas en el sur del Líbano. Muchos temen que sus hombres queden atrapados si se produce un rebrote de la guerra, sin saber si deben defenderse o actuar -y en este último caso, contra quién - para restaurar el orden. Llenar el vacío de seguridad puede llegar a tomar tres meses, admitieron expertos de la ONU. Incluso violaciones involuntarias de la tregua arriesgarían un reinicio de los combates. "La situación es extremadamente frágil", dijo Terje Roed-Larsen, enviado de alto rango de la ONU, tras reunirse con Olmert en Jerusalén. Finlandia, que preside temporalmente la Unión Europea, convocó a una reunión de ministros de Relaciones Exteriores del bloque para el viernes en Bruselas, a fin de discutir los compromisos que asumirá el contingente, que hasta el momento es bastante reducido.
La participación europea es vital para el despliegue de una avanzada de 3.500 soldados antes del 2 de setiembre. Italia ha ofrecido más de 3.000 hombres y el liderazgo de la fuerza, pero exige un acuerdo unánime para ejercer como tal en la fuerza multinacional. (Télam-Reuter)
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