Juan Tríbulo, el actor y su personaje

Juan Tríbulo, el actor y su personaje

Actor, investigador y docente, Juan Tríbulo presenta su nuevo libro, en el que trata la problemática de la emoción en la construcción del personaje. Desde las enseñanzas de Stanislavski y de Strasberg. "Hay emociones nocivas en el escenario".

“Personalmente Einstein”. “Personalmente Einstein”.
29 Abril 2006
Esta noche a las 21, en el stand de Editorial Atuel, en la Feria del Libro, en Buenos Aires, se presentará el último libro de Juan Tríbulo: "Stanislavski-Strasberg. Mi experiencia de actor con la emoción en escena", que es su tesis de licenciatura. Se trata de una coedición entre Editorial Atuel y la Universidad Nacional de Tucumán, que prologa Jorge Dubatti (el actor no lo asistirá porque hoy estrena en Tucumán la obra "El profesional").
Como lo indica el título, el actor reflexiona sobre el valor de la emoción, tema poco analizado en la bibliografía teatral, y poco conocido por el público: en definitiva, se trata de cómo el actor construye su personaje.
"El libro narra mi recorrido personal como actor, teniendo en cuenta sólo la problemática de la emoción. Está presentado en tres capítulos, que corresponden a mis lugares de residencia: Entre Ríos (1942-1959), Buenos Aires (1960-1983) y Tucumán (1984-2004). Parte de mi experiencia en la construcción del personaje de Einstein, de la manera en que aparece y fluye la emoción durante el aprendizaje de la letra, en los ensayos y en todas las funciones, y de la relación fundamental que establece el actor con el director, en este caso con Leonardo Goloboff, ya que es el director quien guía, orienta y acompaña al actor en su búsqueda de la organicidad del personaje", explicó Tríbulo a LA GACETA.

- La emoción en escena, ¿puede entenderse como el temor (el famoso pánico de escena), un estado de trance, o qué?
-También esto está desarrollado con anécdotas específicas. Hay emociones nocivas para el actor, que se presentan en su actuación, como la vergüenza, el temor al ridículo, la soberbia o el amor a sí mismo. En el teatro deben ser trabajadas en los períodos de aprendizaje y de entrenamiento del actor. El libro trata sobre la búsqueda de recursos genuinos para obtener una emoción auténtica, orgánica y propia en el escenario.

-¿Qué importancia tienen teorías como las de Stanislavski y de Strasberg hoy, cuando un sector del teatro alternativo propone la escena con actores que trabajan con la no actuación?
-Las teorías no son sólo teorías, sino técnicas específicas para el entrenamiento del actor, su desarrollo como creador y artista. Esto está muy desarrollado en el texto editado, cotejando y contraponiendo las dos líneas de trabajo: Stanislavski-Strasberg, con la sumatoria de aportes de otras técnicas o propuestas.

- En una comedia o en una tragedia, ¿la emoción es diferente? ¿cómo la trabaja?
-He tenido experiencia en ambos géneros, y cuento en mi libro la construcción de un personaje de tragedia, en la puesta en escena de "Edipo Rey", de Sófocles, en el Teatro Cervantes, con dirección de Rodolfo Graciano, y el de la comedia dramática "Dominó en casa", de Leonardo Goloboff. En realidad se trabaja sobre las sensaciones, la sensibilidad y la emoción del ser humano, que pasa por situaciones cómicas, trágicas, absurdas o grotescas.

-A propósito, ¿qué le exige más como actor, una comedia o un drama?¿Qué prefiere?
-Prefiero los personajes con carnadura, con dimensión de ser humano complejo y contradictorio, sean de comedia, de tragedia o de drama. Prefiero los textos ricos en situaciones dramáticas, como el "Tío Vania", de Chejov, o el de "El profesional", de Dusan Kovacevic, que estoy estrenando esta noche. En los dos casos se combinan el drama y la comedia desde textos ricos, densos, inteligentes, que le ofrecen al actor posibilidades de trabajo creativo intenso y complejo.

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