Los responsables de seguridad en Alemania tienen muchas eventualidades previstas para el Mundial de fútbol: más carteristas, más rateros, más coches con vidrios rotos. También temen que haya un aumento de la prostitución y del comercio de mujeres.
Pero a menos de un mes del puntapié inicial, los expertos deseguridad se preparan para un problema ya conocido en Europa, el"turismo hooligan".
El potencial de violencia existe dentro y fuera de las fronterasalemanas. Por ello, el aparato de seguridad del Mundial no tienesolamente en la mira a los hinchas violentos de Alemania, sino queapuesta por una estrecha cooperación internacional, para evitar laamenaza proveniente de otros países europeos.
Un centro antihooligans
Los teléfonos no paran de sonar y las computadoras de recibir datos en el cuartel general de la policía criminal de Renania del Norte-Westfalia. En el edificio en Duesseldorf, los expertos de la llamada Central de Información sobre Eventos Deportivos (ZIS) se preparan para el Mundial de fútbol de Alemania 2006.
Desde todos los países participantes en el Mundial llegan informaciones sobre hooligans. Los policías almacenan las rutas, los destinos y la duración del viaje de los aficionados violentos.
Un grupo de 16 funcionarios dirigido por el inspector general Michael Endler se encarga además de conseguir coches y habitaciones de hotel para colegas que vendrán del extranjero con motivo del Mundial y que conocen perfectamente la escena violenta del fútbol de sus respectivos países.
Los policías extranjeros acompañarán a los equipos de sus respectivos países y tratarán de encontrar entre los aficionados a viejos conocidos, que probablemente se atreverán a viajar a Alemania pese a todas las medidas de prevención para evitar su entrada.
¿Cuántas entradas se han vendido en qué países? ¿Qué aficionados violentos han conseguido una entrada a través de un patrocinador? ¿Quién viaja en trenes especiales, autobuses, aviones? A la ZIS llegan miles de datos.
Durante el Mundial de fútbol trabajarán en la Central de Información 145 funcionarios. Para ello, la oficina se trasladará a dependencias más amplias en la vecina Neuss y se mantendrá abierta las 24 horas del día.
La oficina antihooligans que actúa a nivel nacional existe desde el año 1992. En sus archivos están almacenados los nombres de unos 7.000 aficionados violentos alemanes. Según el portavoz de la policía criminal, Frank Scheulen, el número de hooligans y aficionados violentos en Alemania se calcula en unos 10.000.
La policía los divide en aficionados B y C. Mientras que los aficionados B tienen un interés general por el fútbol aunque se hayan visto envueltos en disturbios, los llamados aficionados C, el núcleo duro, sólo buscan la violencia.
Conforme se aproxima el Mundial, los aficionados C deberán esperar visitas de la policía, ponerse en contacto regularmente con los agentes y recibirán la prohibición de entrar en los estadios. "De violar las normas, tendrán que pasar un día en comisaría", asegura el portavoz policial en Duesseldorf.
Durante el Mundial de fútbol, la ZIS recogerá datos y presentará un informe diario sobre la situación a la policía federal alemana y a las direcciones superiores de policía locales.
"Los estadios serán seguros", afirma Scheulen, quien considera que será más difícil controlar los lugares más allá del terreno de juego en los que los hooligans se darán cita a corto plazo avisándose por teléfono móvil o por foros de Internet.
Mientras que Inglaterra ya ha prohibido salir del país con órdenes judiciales a hasta 4.000 hooligans, la mayoría de países no limitará la libertad de viajes de sus aficionados violentos.
Las autoridades alemanas se muestran especialmente preocupadas por los países del este de Europa, en los que ha crecido considerablemente la violencia en los últimos años. "No tenemos mucho que decir al respecto, pero no estamos ciegos", afirma Scheulen.
Pese a todo, el macroevento deportivo no estará marcado por una presencia policial masiva. "Habrá fuerzas suficientes, pero no habrá unidades con armamento pesado estacionadas delante de los estadios", asegura el portavoz.
La policía prestará especial atención a algunos de los 64 partidos de fútbol del Mundial. "No los nombramos para no calentar más la situación, pero hay partidos para los que nos preparamos más intensamente", añade.
Los aficionados al fútbol de todo el mundo se encontrarán durante el campeonato con policías con el uniforme de sus países. "Los bobbies ingleses irán aquí de patrulla con policías alemanes", asegura Scheulen.
Según el portavoz policial, para los aficionados esto es una señal de que el ojo de la ley los vigila también lejos de sus países. (DPA- Exclusivo para LA GACETA)