Daniel Burman tiene apenas 33 años, pero ya posee una extensa carrera cinematográfica; "El abrazo partido" fue premiada en la Berlinale (en 2004 ganó dos Osos de Plata); "Esperando al Mesías", en Francia, (obtuvo el Gran Prix de Public, en Biarritz); y su más reciente producción, "Derecho de familia", abrió la edición de este año en la sección "Panorama", y es una de los filmes argentinos que compiten ahora en el Festival de Mar del Plata que se inauguró el jueves.
El director y productor habló extensamente con LA GACETA en un reportaje telefónico.
-Tus películas tratan en general sobre la construcción de la identidad. El padre, el hijo, la comunidad judía, son como personajes centrales...¿crees que tenemos una identidad?
- Creo que ninguna identidad está construida, y no es un problema argentino en particular. Sí es cierto que en el país hay características especiales debido a la emigración y todo eso...En "Derecho de familia", se plantea un momento importante en la vida de todos, que es cuando importan más los hijos que el padre. El filme tiene que ver con eso: cuando la atención pasa a la situación conflictiva que generalmente tenemos con nuestros padres, y empezamos a criticarlos a ellos como una forma de criticarnos a nosotros mismos.
-..Como a veces se sostiene, que "hay que matar a los padres", para empezar a ser uno; te interesa el psicoanálisis.
- No creo que haya que matar a los padres, sino a la construcción que hicimos de ellos, a esa visión idealizada que tenemos, y de la que después comenzamos a darnos cuenta. Y en cuanto al psicoanálisis, me lo han dicho ,es verdad, pero no tengo un conocimiento profundo de esa teoría...no me interesa.
- A propósito, ¿ qué expectativas tenés con "Derecho de familia"? ¿Interesan los premios?
- Mi expectativa es que la gente pueda disfrutarla y encontrar dilemas cotidianos que sintetizan reflexiones. Los premios confirman un camino, y a veces simbolizan avances o etapas que se van cumpliendo en la vida. También ayudan a posibilitar una mejor distribución de la película. Creo que el Festival de Mar del Plata, en este caso, genera un marco de encuentro donde se pueden intercambiar y compartir experiencias con otros directores...es un evento importante para la industria argentina.
- Recién hablamos de identidad, ¿encontrás que el cine argentino la tiene? ¿Cuáles serían las características de ese llamado nuevo cine nacional?
- Soy parte de eso, y no tengo un discurso sobre el tema. Creo que tiene que ver con cierta libertad narrativa y formal, que hace que las películas tengan una marca. Se trata de un cine que toma riesgo, y que tiende a encontrar los hechos cotidianos, los pequeños detalles, que reflejan los grandes temas del país.
- Como historias mínimas, más allá de que sea el título de un filme...
- Sí, pienso que Carlos Sorín (director de "Historias mínimas") en general representa esa clase de cine. Con cierto intimismo y minimalismo, generado por las fuertes limitaciones económicas. Seguramente lo económico influye y genera una tendencia... Sabemos que no se puede hacer una película épica... son las condiciones del sistema en el que vivimos.
- Pero a pesar de esas limitaciones...
- Sí, esas limitaciones económicas pueden potenciar el ingenio y la creatividad, que es lo que sucede en estos momentos; acuerdo con que esa adversidad pueda jugar a favor.