WASHINGTON.- La identidad de Valerie Plame se filtró a los medios hace dos años, después de que su marido, el diplomático Joseph Wilson, acusó a la Casa Blanca de tergiversar la información de Inteligencia para justificar la invasión a Irak.
Wilson, ex embajador en Irak, había viajado a Níger en 2002, con la misión de investigar si el derrocado presidente iraquí, Saddam Hussein, había intentado comprar uranio del país africano. En su informe dijo que no había encontrado pruebas que fundamentaran tales presunciones.
Pese a ello, el presidente, George W. Bush, hizo expresa referencia a la presunta conexión Hussein-Níger en su discurso sobre el estado de la nación -el más importante de un presidente de EE.UU.- en enero de 2003. Poco después, Wilson escribió en el diario "The New York Times": "No me queda otra opción que concluir que parte de la Inteligencia relacionada con el programa nuclear de Irak fue distorsionada para exagerar la amenaza iraquí".
Wilson ha sido un duro crítico de la campaña bélica contra Irak. Y también se caracterizó por no tenerle miedo a Saddam. En 1991, cuando era embajador interino en ese país, desafió abiertamente al líder iraquí, cuando concedió refugio a más de cien ciudadanos estadounidenses en la sede diplomática. Saddam había amenazado con ejecutar a quien albergara a ciudadanos extranjeros. Wilson no se amedrentó y se presentó ante los periodistas en Bagdad llevando una soga en lugar de una corbata. "El mensaje del presidente iraquí es claro para mí, así que si quiere ejecutarme he traído mi propia soga", declaró en ese entonces. (AFP-NA-Especial)