17 Junio 2005 Seguir en 
HENNEF, Alemania.- A Juan Pablo Sorín le gustaría volver un día al club París Saint Germain, donde relanzó su carrera. Debió dejar en el verano de 2004 para continuar jugando con la Selección argentina, ganadora el miércoles contra Túnez (2-1) en el debut de la Copa de las Confederaciones."Me fui con mucha pena, ya que quería quedarme en París, donde había realizado una buena temporada", explicó el capitán de la Selección argentina.
"Pero Vahid Halilhodzic (el entrenador de los parisinos en aquella época) me dijo que si quería quedarme, no podía jugar con la Selección argentina y eso no era negociable", añadió.
Para este jugador -que compensa su pequeña talla (1,73 m) con una combatividad excepcional-, la Selección nacional está siempre por encima de todas las cosas.
"Cuando se viste la camiseta del país natal, ya sea con los juveniles o con la selección absoluta, se siente algo difícil de explicar", precisa Sorín, (56 veces internacional, 9 goles). "Es como llevar la bandera del país encima", añade.
Este amor por la camiseta nacional le causó problemas en sus primeros meses en la capital francesa. En noviembre de 2003, pese a una lesión muscular que le había impedido jugar un partido de campeonato contra Nantes, viajó con su selección para jugar seis minutos contra Bolivia en el marco de las calificaciones al Mundial-2006.
Como consecuencia de ello, la lesión se resintió, lo que provocó un gran enfado del presidente parisino Francis Graille.
Fue también debido a jugar con su Selección que tuvo que renunciar a disputar la final de la Copa de Francia 2004, ganada por el PSG contra Chateauroux (1-0). Pese a esos episodios, Sorín guarda un excelente recuerdo del París SG, con el que estuvo invicto en 21 partidos de L1. "Me gustaría regresar un día", señaló el lateral o centrocampista de 29 años, que está con contrato hasta 2008 con Villarreal., de España. (Especial y AFP)
"Pero Vahid Halilhodzic (el entrenador de los parisinos en aquella época) me dijo que si quería quedarme, no podía jugar con la Selección argentina y eso no era negociable", añadió.
Para este jugador -que compensa su pequeña talla (1,73 m) con una combatividad excepcional-, la Selección nacional está siempre por encima de todas las cosas.
"Cuando se viste la camiseta del país natal, ya sea con los juveniles o con la selección absoluta, se siente algo difícil de explicar", precisa Sorín, (56 veces internacional, 9 goles). "Es como llevar la bandera del país encima", añade.
Este amor por la camiseta nacional le causó problemas en sus primeros meses en la capital francesa. En noviembre de 2003, pese a una lesión muscular que le había impedido jugar un partido de campeonato contra Nantes, viajó con su selección para jugar seis minutos contra Bolivia en el marco de las calificaciones al Mundial-2006.
Como consecuencia de ello, la lesión se resintió, lo que provocó un gran enfado del presidente parisino Francis Graille.
Fue también debido a jugar con su Selección que tuvo que renunciar a disputar la final de la Copa de Francia 2004, ganada por el PSG contra Chateauroux (1-0). Pese a esos episodios, Sorín guarda un excelente recuerdo del París SG, con el que estuvo invicto en 21 partidos de L1. "Me gustaría regresar un día", señaló el lateral o centrocampista de 29 años, que está con contrato hasta 2008 con Villarreal., de España. (Especial y AFP)
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