Una ex Gran Hermano rompió el silencio sobre su problema de adicciones

"Estuve haciendo cosas que claramente no estaban bien", confesó Romina Uhrig en el programa Se Picó

Una ex Gran Hermano rompió el silencio sobre su problema de adicciones Una ex Gran Hermano rompió el silencio sobre su problema de adicciones
Hace 2 Hs

La fama tiene un lado B que pocos se atreven a mostrar, y Romina Uhrig decidió que era hora de contar su verdad. La finalista de Gran Hermano 2022, que siempre se mostró como una mujer fuerte y protectora de sus hijas, reveló el pozo de depresión y adicciones en el que cayó tras el encierro del reality y su escandalosa separación de Walter Festa.

"Estuve haciendo cosas que claramente no estaban bien", confesó Romina en el programa Se Picó, donde detalló cómo el dolor la llevó a refugiarse en "la noche" para intentar callar la angustia.

El origen de la caída: soledad y ataques de pánico

Tras su salida de la casa más famosa del país, Uhrig enfrentó una presión mediática asfixiante. Según su relato, los constantes ataques y rumores sobre su vida privada hicieron mella en su salud mental.

La situación se tornó crítica cuando se separó definitivamente de Festa. “Cuando las nenas se iban con su papá, yo no me podía quedar en mi casa porque me quedaba llorando muy mal”, explicó entre lágrimas. Ese vacío la empujó a buscar una salida falsa en la vida nocturna.

La trampa de la "alegría momentánea"

Romina admitió que su fragilidad la hizo vulnerable ante personas del medio que no tenían buenas intenciones.

El primer paso: Alguien del ambiente le ofreció una sustancia que le dio una "alegría" que no quería que terminara.

Rápidamente, su mente solo esperaba el fin de semana para volver a consumir y escapar de su realidad.

Además de las salidas, reveló que comenzó a automedicarse. "Empecé a consumir pastillas y no quería salir si no tenía eso", confesó con crudeza.

Quiénes la salvaron del abismo

A pesar de creerse "invencible", la influencer reconoció que no pudo manejar la situación sola. Su recuperación, que ya lleva dos meses de éxito, fue posible gracias a tres pilares fundamentales:

Su hija mayor, Mía, de 15 años, fue quien detectó que algo andaba mal y la impulsó a buscar ayuda.

Una amiga le presentó a un psiquiatra que logró estabilizarla con el tratamiento adecuado.

Romina se aferró a sus creencias religiosas para encontrar la fuerza espiritual necesaria.

"Lamentablemente no lo pude manejar y es triste porque siempre me creí fuerte. El dolor me llevó a hacer cosas", reflexionó sobre su proceso.

Un mensaje de esperanza

Hoy, Romina Uhrig asegura estar en un lugar mucho mejor. Decidió hacer pública su lucha no para generar lástima, sino para advertir sobre los peligros de la fama repentina y la importancia de pedir ayuda a tiempo. "Hoy puedo decir que estoy bien, animada y lejos de ese ambiente", concluyó.

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