MISCELÁNEA
PRUEBA DE CÁMARA
ANDRÉS DI TELLA
(Entropía – Buenos Aires)
Escrito al calor del final de su matrimonio, este trabajo es una novela de aprendizaje en la que su autor recupera las escenas de una infancia y adolescencia poco frecuentes, la de crecer dentro de una familia de la burguesía ilustrada cuyos nombres perviven en instituciones culturales de vanguardia, en universidades y en la historia de la industrialización del país.
En cada escena, como planos de un documental, nos encontramos frente a una confortable casa en la que se podía encontrar a Caetano Veloso o Gilberto Gil, a revolucionarios exiliados, pacientes de un centro de antipsiquiatría o a un arquitecto heterodoxo que lo arrancó de la formación clásica y le hizo empezar por el camino contrario, por el cine de Andy Warhol, y con el que descubrió el cine que era posible hacer. Y esta “universidad”, quizás más nutrida que la de Oxford, en donde estudió Letras, fue la que le dio forma a su curiosidad artística.
Profundamente conectado con la Argentina, la entrada en la juventud lo encontró en plena posdictadura, cuando el país volvía de la noche más siniestra, trabajando como periodista, desarrollando su carrera de cineasta y formando parte de la extraordinaria movida cultural de esos años.
Pero una atmósfera de melancolía rodea a esta memorabilia, cifrada en la respuesta que nunca le mandó a su mejor amigo de la infancia londinense, quien había tomado un camino opuesto al suyo y que quizás demuestre la imposibilidad de recuperar aquella época en la que fuimos tan felices.
© LA GACETA
MARÍA EUGENIA VILLALONGA







