HEGEMONÍA. Estados Unidos ajustará su presencia militar global para hacer frente a amenazas en el hemisferio. afp
WASHINGTON, Estados Unidos.- El gobierno de Donald Trump publicó su nueva estrategia de seguridad nacional, un documento muy esperado que cambia drásticamente las prioridades de Estados Unidos. Uno de los elementos principales es el denominado “Corolario Trump” de la doctrina Monroe de 1823, según la cual establece el “predominio estadounidense en América Latina”, a la que consideraba su “patio trasero”.
Además, anticipa la “desaparición de la civilización” europea y aboga por la lucha contra “migraciones masivas”.
El documento, titulado “Estrategia Nacional de Seguridad”, expone con firmeza el objetivo de reforzar la influencia de Estados Unidos en América Latina, donde la administración Trump ataca presuntas narcolanchas en el Caribe y el Pacífico, busca un cambio de gobierno en la Venezuela de Nicolás Maduro y tomar el control de recursos clave como el Canal de Panamá.
Concebido para desarrollar la visión “America First” (Estados Unidos Primero) de Trump, la nueva estrategia estadounidense marca una reorientación de su política de los últimos años centrada en Asia, aunque sigue identificando a China como su principal competidor.
“Corolario”
El documento afirma que Estados Unidos aplicará un “Corolario Trump” a la Doctrina Monroe, de la década de 1820, cuando Washington consolidó su hegemonía frente a los europeos en América Latina, a la que consideraba el “patio trasero” de Estados Unidos.
Washington reajustará su “presencia militar global para hacer frente a amenazas urgentes en nuestro Hemisferio, y alejarnos de escenarios cuya importancia relativa para la seguridad nacional estadounidense ha disminuido en las últimas décadas o años”, reza el texto.
Washington quiere poner fin a las migraciones masivas en el mundo y hacer del control de fronteras el elemento principal de la seguridad estadounidense.
“La era de las migraciones masivas debe llegar a su fin. La seguridad de las fronteras es el elemento principal de la seguridad nacional”, señala la estrategia.
“Debemos proteger a nuestro país contra las invasiones, no solo contra las migraciones descontroladas, sino también contra amenazas transfronterizas como terrorismo, drogas, espionaje y trata de personas”, agrega.
Continente irreconocible
La nueva estrategia dedica a Europa un lenguaje severo y respalda la idea de que el continente enfrenta una desaparición de su “civilización”. El documento respalda así una visión promovida por grupos de extrema derecha. El texto llama a “cultivar la resistencia” dentro de Europa respecto a la “trayectoria actual” del continente.
Sostiene que las principales problemas allí son las acciones de la Unión Europea y “otros organismos trasnacionales que socavan la libertad política y la soberanía, las políticas migratorias que están transformando el continente” y la “censura de la libertad de expresión y la supresión de la oposición política”, afirma el gobierno de Trump.
También afirma que es “plausible” que “en pocas décadas, ciertos miembros de la OTAN se conviertan mayoritariamente en no europeos”. Ante esa perspectiva, “queda abierta la pregunta de si verán su lugar en el mundo, o su alianza con Estados Unidos, de la misma manera que aquellos que firmaron la carta” de la alianza militar transatlántica. Alemania respondió rápidamente, diciendo que no necesita “consejos externos”.
El documento apunta la disminución de la participación de Europa en la economía global -que es en gran parte resultado del ascenso de China y otras potencias emergentes- y dijo: “Este declive económico está eclipsado por la perspectiva real y marcada de la desaparición de la civilización”.
“Si las tendencias actuales continúan, el continente será irreconocible en 20 años o menos”.
En momentos en que Trump busca poner fin a la guerra en Ucrania con un plan que sería favorable a Rusia, su gobierno acusa en el documento a los europeos de debilidad y afirma que Estados Unidos debería centrarse en “poner fin a la percepción, y prevenir la realidad, de la OTAN como una alianza en perpetua expansión”.
China y Medio Oriente
El texto añade que Estados Unidos también impediría que otras potencias dominen, pero precisó: “Esto no significa desperdiciar sangre y recursos para limitar la influencia de todas las grandes y medianas potencias del mundo”.
Sobre China, la estrategia reitera los llamados a una región Asia-Pacífico “libre y abierta”, pero se centra más en la competencia económica que supone el gigante asiático.
Tras mucha especulación sobre si Trump cedería en el tema de Taiwán, isla de régimen democrático que Pekín reclama como propia, la estrategia deja claro que Estados Unidos apoya el statu quo, pero instó a los aliados Japón y Corea del Sur a contribuir más para garantizar la defensa de Taiwán.
La estrategia presta relativamente poca atención a Oriente Medio, que durante mucho tiempo ha acaparado la atención de Washington.
Señalando el aumento de la producción de energía en Estados Unidos, el documento afirma que “la razón histórica de Estados Unidos para centrarse en Oriente Medio disminuirá”.
Medio Oriente ya no es “la fuente potencial de catástrofes inminentes que solía ser”, sino que “más bien está emergiendo como un lugar de asociación, amistad e inversión”, afirma el documento, que afirma sin embargo que la seguridad de Israel sigue siendo una prioridad para Washington.
Sobre África, pide una transición de un paradigma de ayuda extranjera a uno de inversión que permita aprovechar los recursos naturales y el “potencial económico latente” del continente.










