

Aunque suene a excusa, el síndrome de fermentación intestinal, también conocido como síndrome de autocervecería (Auto-Brewery Syndrome), es una condición médica auténtica. En este trastorno, el cuerpo produce alcohol de manera interna a partir de la fermentación de carbohidratos de la dieta.
La Asociación Médica Americana lo describe como “una fermentación endógena capaz de generar niveles clínicamente significativos de alcohol en sangre”.
Si bien los casos confirmados son muy pocos, especialistas creen que el síndrome está subdiagnosticado, ya que suele confundirse con consumo oculto de alcohol, trastornos neurológicos o cuadros psiquiátricos.
El caso que cambió una sentencia judicial
En 2019, un hombre de 40 años de Bélgica fue condenado por manejar alcoholizado. Años después volvió a dar positivo, pero insistía en que no había bebido.
Tras estudios médicos, tres profesionales demostraron que padecía el síndrome de autocervecería. El juez finalmente lo absolvió, aunque advirtió que futuras alcoholemias elevadas serían sancionadas, independientemente del origen del alcohol.
Cómo funciona el síndrome de fermentación intestinal
En una persona sana, el intestino produce cantidades mínimas de etanol. Pero en quienes desarrollan este síndrome, ciertas levaduras —como Candida o Saccharomyces— proliferan en exceso y fermentan los carbohidratos como si fueran un tanque cervecero.
El alcohol generado se absorbe en el intestino delgado y entra en la sangre, generando efectos comparables a una intoxicación real.
En la mayoría de los pacientes, los síntomas aparecen después de ingerir azúcares o harinas. Existen reportes extremadamente raros de fermentación en la boca y hasta en el tracto urinario.
Síntomas: cómo reconocer el síndrome de autocervecería
Los episodios pueden ser intermitentes y confundirse con borracheras. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
Mareos y desorientación
Dificultad para hablar
Resaca sin haber consumido alcohol
Fatiga persistente
Cambios bruscos de humor
Hinchazón o malestar intestinal
Problemas de equilibrio o coordinación
Un reporte del CG Case Reports Journal documentó un caso con 0,3 g/dL de alcohol en sangre sin ingesta etílica.
Causas: por qué aparece este síndrome
Los especialistas señalan varios factores que pueden desencadenarlo:
Uso prolongado de antibióticos
Alteraciones de la microbiota intestinal
Enfermedades como diabetes, Crohn, obesidad o sobrecrecimiento bacteriano
Menor capacidad genética para metabolizar el alcohol
Estos elementos pueden permitir que las levaduras se multipliquen y fermenten carbohidratos de forma descontrolada.
Tratamiento del síndrome de fermentación intestinal
El abordaje suele combinar:
Dieta baja en carbohidratos y azúcares
Antifúngicos o antibióticos específicos
Probióticos para reequilibrar la flora intestinal
Monitoreo médico, con tests de alcoholemia de seguimiento
El portal Best Doctors Insurance resume el tratamiento así: “Requiere modificar la dieta para impedir la fermentación y utilizar antimicrobianos para reducir los microorganismos responsables.”
Cuándo sospechar que se padece el síndrome
Los médicos recomiendan considerar este diagnóstico si una persona:
Da positivo en alcoholemia sin haber bebido
Tiene episodios repetidos de intoxicación inexplicable
Presenta síntomas compatibles tras ingerir carbohidratos
Antes de confirmarlo, se deben descartar consumo oculto, problemas psiquiátricos y otras causas orgánicas.







