Los All Blacks neozelandeses derrotaron a Australia por 28-14, con el punto del bonus ofensivo incluido, y quedan ahora a la espera de lo que haga Sudáfrica contra Argentina en Londres para saber si conquistan el Rugby Championship.
Con cinco puntos sumados ante los Wallabies, Nueva Zelanda se coloca líder de la clasificación en esta última jornada del Championship, con cuatro puntos más que Sudáfrica, obligada ahora a ganar a Los Pumas para conservar la corona.
A igualdad de puntos, el título será para los Springboks por su mayor diferencia de puntos en los duelos directos contra los All Blacks, por lo que a los sudafricanos les basta con una victoria por un solo punto ante los Pumas.
A la espera del resultado de este partido que se disputa en el templo del rugby inglés, el estadio londinense de Twickenham, los hombres de Scott Robertson sacaron provecho de sus momentos de superioridad frente a sus vecinos australianos, pese a que el juego neozelandés no es tan fluido y provoca más dudas de lo habitual.
Incluso se llevaron el bonus ofensivo con un try logrado una vez había sonado ya la bocina, obra de George Bower.
Pese al dominio de los locales en la primera media hora (9-7), los All Blacks remontaron con un try de Leroy Carter (8') y dos de Quinn Tupaea (32' y 35'), además de ocho puntos con el pie de Damian McKenzie.
Pese a la derrota, Australia cerró su participación confirmando que, a dos años de organizar el Mundial, dispone de un grupo renovado que puede hacer soñar a los fans de los Wallabies.
Este partido fue el último del pilar australiano James Slipper, tercer jugador con más partidos internacionales en la historia, tras el galés Alun Wyn Jones y el neozelandés Sam Whitelock.






