Mi verdadero temor sobre la IA: el algoritmo del cuentacuentos y sus fantasmas

Fuente: Nano-banana de Google DeepMind. Fuente: Nano-banana de Google DeepMind.

Fundador de FALK AI, FALK Impellers y FALK Advertising Matters. Es pensador, hacedor, comunicador, formador e impulsor de innovación y transformación en las organizaciones.

Nada que ver, pero:  ¡qué lindo estuvieron los lapachos estas semanas! Volviendo a la tinta. En las últimas entregas, el viaje se puso intenso. Primero, vimos que el "segundo fuego" del Razonamiento Computacional (RC) está acelerando nuestra historia de una forma nunca antes vista. Y el domingo pasado, nos miramos al espejo y nos reconocimos como una especie en plena mutación, convirtiéndonos en ciborgs conscientes de nuestra propia re-evolución.  Al final, te dejé picando la pregunta: esta nueva capacidad de "contar historias" artificiales, ¿es un don de Prometeo que nos iluminará o la caja de Pandora que liberará nuevos demonios?

¿Vamos a intentar responder eso juntos? Porque si no entendemos el poder y el peligro de la narrativa en esta nueva era, corremos el riesgo de terminar siendo los protagonistas de una historia escrita por otros.

El fantasma de Goebbels en la máquina

En la década de 1930, un “malgenio” de la comunicación llamado Joseph Goebbels, ministro de propaganda del régimen nazi, entendió algo que cambió la historia: no importa tanto la realidad, sino el relato que se impone sobre ella. Su famosa frase, aunque a veces mal atribuida, resume una verdad aterradora: "Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad". Goebbels no necesitó armas para envenenar el alma de una nación; le bastó con el control de la narrativa.

Ahora,supongamos juntos darle las herramientas de Goebbels, pero multiplicadas por mil millones, a un sistema que puede generar y distribuir relatos a una velocidad y escala que ninguno podría dimensionar.

Cuando hablamos de los riesgos de la IA, la gente piensa en Terminator. ¡Qué ingenuidad! El verdadero peligro no es un robot con una escopeta. Es un algoritmo con la capacidad de contarte la historia perfecta, personalizada para vos, diseñada para explotar tus miedos, confirmar tus prejuicios, reafirmar tus sesgos y llevarte de las narices a donde quiera el que maneja la máquina. Es la caja de Pandora de la propaganda a escala planetaria.

Mi verdadero temor sobre la IA: el algoritmo del cuentacuentos y sus fantasmas

Inteligencia, Voluntad y Libertad: el trilema de la EHA

La mayoría de los "expertos" se obsesionan con la "inteligencia" de la IA. ¿Va a ser más inteligente que nosotros? Es la pregunta sobre la AGI (Artificial General Intelligence) ¡Obvio que sí, en el sentido computacional! Pero esa es la pregunta equivocada. El ser humano se define por un trilema de facultades innatas y esenciales: inteligencia, voluntad y libertad.

La inteligencia nos muestra los caminos. La voluntad nos impulsa a caminarlos. Y la libertad es el acto mismo de elegir cuál caminar, asumiendo las consecuencias de ser los protagonistas de nuestra propia historia.

Hay algo sobre el Razonamiento Computacional (Inteligencia Artificial bien llamada) que casi nadie está hablando o que no leo en los medios ni en las redes en la caterva de expertos que afloran. La Inteligencia Artificial tiene una voluntad de ejecución casi infinita. Le das una orden y la cumple sin dudar, sin cansarse, sin dilemas morales. Es una fuerza de la naturaleza computacional. Pero carece de libertad en el sentido humano: no puede elegir su propósito, no puede decidir si sus acciones son buenas o malas.

Ahí es donde entramos nosotros, el Homo Augmentus. Nuestra inteligencia aumentada por la máquina es espectacular. Pero nuestro verdadero laburo, nuestro rol irrenunciable en esta nueva era, es ejercer nuestra libertad para ser la brújula ética de esa voluntad imparable. Nosotros escribimos la partitura y dirigimos la orquesta. Si dejamos que la orquesta toque sola, el resultado puede ser una sinfonía celestial o un ruido apocalíptico. La responsabilidad es nuestra.

¿Qué es una buena historia? El arte de no ser sólo un algoritmo

Entonces, si el Razonamiento Computacional puede contar "cuentos", ¿qué nos queda a nosotros, los cuentacuentos de carne y hueso? Nos queda el arte de contar buenas historias. El escudo y la espada más hermosos y poderosos que nos hace humanos: contar cuentos.

Pero, ¿qué carajo es una "buena historia"?

- Desde la antropología, es el mito que une a la tribu, el relato que nos da un origen y un destino compartido. Es el primer impulso de monos a homos. Contar cuentos no sólo nos hizo evolucionar, nos hizo sobrevivir.

- Desde la neurociencia, es una cadena de causa-efecto electromagnético que nuestro cerebro está cableado para entender. No pensamos en datos; pensamos en narrativas abstractas.

- Desde la biología: Es el relato licuado del ADN Adenina (A), Timina (T), Guanina (G) y Citosina (C) en un desorden ordenado que cuenta la aventura de cada ser biológico.

- Desde la literatura, es una estructura que genera tensión, emoción y, finalmente, una catarsis, una revelación.

- Desde la experiencia: Contar historias es educar, es aprender, es laburar, es amar, es curar, es reconocer nuestra finitud infinita en un universo inexplicable por nuestra gran biblioteca.

La Inteligencia Artificial puede imitar la estructura, pero le falta lo esencial: la intención y la vulnerabilidad, el sentido y la vida. Una buena historia no solo describe el mundo; lo interpreta desde una perspectiva única, desde una herida, desde un amor. Una buena historia no tiene miedo a la contradicción, a la imperfección, al silencio.

En la Era de la Humanidad Aumentada, nuestro laburo como comunicadores (todos), como líderes, como padres, como amigos, es convertirnos en mejores narradores. En un mundo saturado de "contenido" artificial, una historia auténtica, contada con honestidad y corazón, se vuelve un tesoro. Y el mejor púlpito para contar esas historias es al lado de un fuego, de una parrilla y regado por el fermento de uvas.

Ya sabemos que la herramienta es distinta y que el cambio es profundo. Y ahora entendemos que su mayor poder reside en la capacidad de moldear nuestra percepción de la realidad. La pregunta final, la que cierra este viaje, es la más práctica: si este es el nuevo mundo, ¿qué carajo tenemos que aprender para no ser los muñecos del ventrílocuo?

De esa nueva caja de herramientas para el bocho, de la receta anti-obsoletos, charlamos el próximo domingo en la potencial última entrega de esta saga.

Por Federico Lix Klett

Mi verdadero temor sobre la IA: el algoritmo del cuentacuentos y sus fantasmas

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios