
FOTO Silvina Bollea Bedogni

El huracán Erin, el primero de la temporada atlántica, alcanzó en las últimas horas la categoría cuatro de la escala de Saffir-Simpson, con vientos sostenidos de hasta 215 kilómetros por hora. Según informó este sábado el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, se trata de un ciclón “peligroso” que, por el momento, no tocará tierra firme.
Desde Punta Cana, la tucumana Silvina Bollea Bedogni relató a LA GACETA su experiencia. “Todos estamos expectantes de lo que ocurra. Por el momento cerraron la playa y nos pidieron que ingresáramos al hotel. Eso es lo único que está pasando hasta ahora. Hay una tensa calma entre todos los que estamos alojados en este lugar”, explicó.
Los medios locales reportaron que el huracán registra intensidad de 4 a 5 puntos, aunque señalaron que el foco principal se ubica en Puerto Rico y que República Dominicana no sería afectada directamente.
“La playa estaba abierta por la mañana porque había sol, pero estaba prohibido meterse al agua: el mar estaba muy picado y las ráfagas de viento eran fuertes. Más tarde, nos pidieron que fuéramos al interior del hotel. En ese momento, el viento se intensificó y comenzaron a volar las copas de las mesas”, agregó la tucumana.
El hotel donde se hospeda está colmado de turistas, en su mayoría dominicanos que aprovechaban el fin de semana. Los locales comentaron que el último huracán fuerte que afectó la región fue en septiembre de 2023, y aunque provocó destrucción de viviendas y otros daños graves, su experiencia les permite mantener la calma ante la situación.
En cuanto a las medidas de seguridad, el hotel mantiene la atención sobre las novedades, aunque sí se realizaron barreras de arena en la playa, destinadas a prevenir la invasión de sargazo sobre la arena.







