Prevenir la contaminación de alimentos

15 Agosto 2025

Varias reflexiones quedaron flotando a partir de la difusión de la investigación del brote de listeriosis infecciosa detectado en abril en cuatro personas, aparentemente de CABA y Buenos Aires, por consumición de queso criollo artesanal contaminado en esas jurisdicciones y que habría sido elaborado en nuestra provincia. El principal hallazgo de la investigación, realizada por el Instituto Malbrán, fue la identificación de un producto artesanal como fuente potencial de la infección.

La Dirección de Bromatología de la provincia tomó medidas correctivas inmediatas, según se indicó. Para ello se decomisó el producto contaminado en los lugares de venta y elaboración -se indicó que el producto habría sido localizado en un puestero ambulante de Tafí del Valle que producía pocas piezas por semana-, y la aplicación de medidas de control para evitar nuevos brotes. “Este caso es especialmente significativo porque por primera vez se logró establecer una relación genómica entre la bacteria presente en un alimento y los casos humanos afectados”, se señaló en el comunicado de la cartera sanitaria. También se informó que las medidas preventivas han demostrado ser efectivas. Los controles adicionales en otros establecimientos que comercializan queso no arrojaron más hallazgos positivos de Listeria, y las personas que pudieron haber estado expuestas no presentaron síntomas. Por otro lado, la búsqueda activa de casos sintomáticos también resultó negativa, aunque la investigación no se detendrá.

La primera reflexión es el riesgo que se genera con esta bacteria que es poco conocida por el común de la gente, aunque sí por los especialistas, que dicen que es habitual y que en general no enferma a adultos sanos. Recomiendan no tener alimentos mucho tiempo en la heladera; si sobra comida, consumirla antes de 72 horas; comprar productos refrigerados y con etiqueta y evitar productos sin identificación. La especialista Roxana Furman ha advertido que lo artesanal a veces se confunde con lo informal y sugiere que quienes producen se acerquen a las municipalidades o áreas de bromatología para recibir asesoramiento y habilitación. Añadió que en el país está prohibido vender productos lácteos sin pasteurizar y que eso se debe garantizar.

Según publicó el diario “La Nación”, “los primeros casos relacionados con este brote fueron reportados en diciembre de 2024, cuando dos pacientes residentes en localidades diferentes de la provincia de Buenos Aires comenzaron a presentar síntomas compatibles con la enfermedad. En enero pasado, se sumó un tercer caso en la ciudad de Buenos Aires, cuyo paciente había realizado un viaje previo a Tucumán. Posteriormente, en febrero y mayo se registraron dos casos adicionales en la provincia de Buenos Aires, completando así un cuadro que evidencia la persistencia del brote en la región”.

De allí surge otra reflexión. La especialista dijo que “en provincia de Buenos Aires se está trabajando mucho con productores artesanales para mejorar la seguridad sin perder lo regional”.  Convendría que, en nuestro caso, haya más atención por parte de las autoridades en el vínculo con los productores artesanales.

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