¿Cuánto necesita una familia tucumana para no caer en la pobreza?

“¿Cuánto sale el kilo de carne para milanesa?”, dice María Rosa, una mujer que está por elaborar el menú para su familia. Del otro lado, el carnicero responde. “Si lleva trasjamón, le sale $ 14.000, pero si lleva nalga, el precio es de $ 18.000”. La ama de casa piensa un instante. La duda es que debe resignar calidad para abaratar costos. Todavía debe tener dinero para comprar la guarnición. Si elige arroz, pagará $ 2.500 el kilo, pero si accede al pedido de los chicos, papas fritas, conseguirá dos kilos a $ 1.000. El drama será el aceite, que vale casi lo mismo que el arroz por botella de casi un litro. Estas vicisitudes son cotidianas. El ingreso no alcanza lo suficiente como para llegar a fines de mes sin contratiempos. No es la inflación ahora, sino la lenta recuperación del poder adquisitivo del ingreso. Aún así, la desaceleración inflacionaria ha contribuido a bajar los niveles de pobreza y de indigencia.

El indicador que determina el nivel de ingresos para no descender en la escala socioeconómica lo determinan las canastas básicas. Por ejemplo, en julio pasado, una familia tipo tucumana precisó $ 958.906 para no caer en situación de pobreza. Ese es el valor de la Canasta Básica Total (CBT), que el mes pasado registró una suba del 1,7%, por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que, en julio, fue del 1,5%. ¿Qué fue lo que se encareció? Los gastos en educación, el reajuste en algunos servicios y en el transporte, de acuerdo con los informes reportados por la Dirección de Estadística de la Provincia.  Sin embargo, ese reajuste no tuvo el mismo impacto en la Canasta Básica Alimentaria (CBA), la que determina el límite para no caer en situación de indigencia. De acuerdo con el informe del área que conduce Pedro Rollán, un matrimonio con dos hijos requirió en julio a $ 467.759 sólo para comer. Es decir, cerca de $ 15.000 diarios o el equivalente a un kilo de carne. La variación de la CBA fue del 1,2% mensual, por debajo de la inflación mensual.

La variación de la CBA y de la CBT, con respecto al mismo mes del año anterior, fue de 29,6% y 30,9% respectivamente. Los cinco alimentos que mayor variación presentaron en comparación del mes pasado fueron: choclo, con 67%; acelga, 21,1%; tomate fresco, con una variación del 9,3%; gaseosas con azúcar, que subieron 5,5% y leche en polvo, que registró un incremento promedio del 4,4%, de acuerdo con el informe oficial. Para establecer el impacto de estas variaciones en la situación socioeconómica de la población del Gran Tucumán-Tafí Viejo habrá que esperar hasta el 26 de septiembre, cuando el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difunda las tasas de pobreza y de indigencia del primer semestre del año para los 31 aglomerados urbanos de la Argentina.

De acuerdo con el nowcast (estimación inmediata) del Departamento de Economía de la Universidad Torcuato Di Tella, conducido por Martín González Rosada, se proyecta una tasa de pobreza del 31,1% para el semestre febrero-julio. “La incidencia proyectada se puede descomponer mecánicamente en un promedio ponderado de una tasa de pobreza de 31,6% para el primer trimestre de 2025, 31,2% para el segundo y 29,6% para julio del tercer trimestre”, puntualiza el diagnóstico académico. El dato implicaría que alrededor de 9,2 millones de argentinos viven en hogares urbanos pobres.

En Tucumán, el último dato disponible es el del segundo semestre del año pasado, cuando la pobreza afectó al 40,8% de la población urbana.