Trasmontaña 2025: una bióloga dio recomendaciones para preservar la naturaleza y el paisaje

Julieta Carilla llama a cuidar el entorno natural y reducir la basura que deja la competencia de mountain bike.

Trasmontaña 2025: una bióloga dio recomendaciones para preservar la naturaleza y el paisaje
10 Agosto 2025

El Rally Trasmontaña de moutain bike, la carrera de parejas de cross country más emblemática del país, volverá a teñir de adrenalina y esfuerzo los cerros tucumanos este domingo. Como cada año, reunirá a miles de ciclistas de distintos rincones de Argentina y del extranjero para enfrentarse a un recorrido exigente y espectacular, donde la naturaleza ofrece paisajes de postal, trepadas interminables, descensos técnicos y una montaña que impone respeto.

Pero más allá de la competencia, hay quienes ven en el Trasmontaña una oportunidad única para reflexionar sobre el cuidado del entorno. Una de ellas es Julieta Carilla, bióloga y apasionada del mountain bike, que participó en ediciones anteriores y que ahora, desde afuera, busca dejar un mensaje de concientización.

Aunque este año no competirá, Julieta sigue atenta a lo que significa el evento para la provincia. Desde su perspectiva, todas las actividades humanas dejan una huella en el ambiente, pero la clave está en minimizarla.

“Quiero que este espacio sirva para generar conciencia y cuidado, y que el impacto sea lo más bajo posible. Eso requiere un trabajo integral de corredores, organizadores y espectadores. Bajo ningún punto de vista lo que digo busca limitar este tipo de actividades que son tan valiosas y que atraen turismo, mostrando la belleza de nuestras montañas”, aseguró Carilla, quien valora el esfuerzo de la organización por mantener limpio el circuito, pero señala que el desafío es grande debido a la magnitud del evento.

“Entre 2.000 y 3.000 corredores más el público generan un movimiento enorme. Hay que insistir constantemente en no tirar basura. Con mi pareja, que tiene una escuela de bici, hacemos mucho hincapié en eso: transmitir pasión por la naturaleza y respeto por el entorno”, explicó una de las tantas metas que se propusieron junto a Juan Esteban Cañás en la escuela El Dosel.

Para ella, el Trasmontaña debería contar con un apoyo más amplio de distintos sectores para reforzar el control ambiental.

“Es una carrera icónica. Tucumán se jacta de ser la meca del mountain bike, pero no sé hasta qué punto todas las partes participan. Con apoyo del Gobierno, de las áreas protegidas y de otros organismos habría mucho más control sobre la basura, que creo que es el principal impacto de esta competencia”.

Julieta Carilla en una de las ediciones del Trasmontaña. Julieta Carilla en una de las ediciones del Trasmontaña.

En esa línea, propone un abordaje más técnico para medir y reducir la huella ambiental del evento.

“Para cuantificar el impacto ambiental del Trasmontaña es necesario medir indicadores a mediano y largo plazo, y de manera comparativa, como el estado de la vegetación, la erosión del suelo y la presencia de animales silvestres. Un indicador útil sería cuantificar la basura que queda en el circuito y la que se genera”, aseguró.

Su diagnóstico es claro: el impacto del paso de las bicicletas por las sendas es bajo porque no se abren caminos nuevos, pero la basura es un problema recurrente.

“Son sendas que existen desde hace mucho y que usan a pie o a caballo los pobladores. El mayor impacto en estas carreras es la basura: envases de geles, vasos plásticos y cintas de marcación que a veces no se retiran a tiempo”.

Además, “Juli” considera que la masividad puede hacer que se pierda el espíritu educativo que debería acompañar al evento.

“Tal vez, por ser tan histórico y conocido, se descuida la educación ambiental a los corredores. Hay que estimular que lleven su propia botella de agua y que la organización retire las cintas apenas termine la carrera”.

Para Julieta, el Trasmontaña también es una ventana para mostrar lo mejor de Tucumán y, al mismo tiempo, enseñar a cuidarlo.

“Es un evento que mueve economía, cultura y turismo. Aprovechemos esa alegría y adrenalina para que la gente conozca nuestras montañas y aprenda el valor de cuidarlas. Cuidar implica no ensuciar”, explicó.

Su vínculo con el mountain bike es de años: participó en ocho ediciones del Trasmontaña y en muchas otras competencias en distintas provincias.

Apreciar el entorno

Sin perseguir podios, encuentra en la bicicleta una forma de disfrutar del paisaje.

“Me encanta la bici, pero más me gusta disfrutar del entorno. Cada senda, cada río, cada árbol me fascina. Ojalá todos pudieran vivirlo así: no sólo como una competencia, sino como una oportunidad para admirar la naturaleza que tenemos tan cerca”.

En sus palabras, el mensaje se resume en una idea sencilla pero contundente: la montaña es un privilegio, y conservarla es responsabilidad de todos.

“Tenemos la suerte de estar, en pocos minutos, en un lugar increíble para pedalear. Ese privilegio debería motivarnos a cuidarlo como si fuera nuestra propia casa”, cerró con entusiasmo en la previa de una nueva cita para los bikers.

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