“Carlitos Bike”: la escuelita tucumana donde pedalear es aprender para la vida
Fundada por Carlos Pérez López, la escuela de mountain bike celebra en septiembre un nuevo aniversario con más de 200 alumnos. Entre entrenamientos, travesías y el esperado Trasmontaña, cultiva valores como la solidaridad, el esfuerzo y el amor por la naturaleza.
Gentileza "Carlitos Bike"
En la escuela “Carlitos Bike”, las bicicletas no solo sirven para entrenar. Son el medio para hacer amigos, recorrer paisajes tucumanos y enfrentarse a desafíos personales. Fundada por Carlos Pérez López, la escuelita de mountain bike celebrará un nuevo aniversario el próximo 16 de septiembre, y su crecimiento habla por sí solo: ya cuenta con 230 alumnos mayores de 16 años y otros 120 chicos de entre 3 y 15.
Los más pequeños se inician desde los tres años, algunos acompañados por sus padres y otros en bicicletas sin rueditas, en un ambiente que busca más formar personas que campeones. “Carlitos”, como todos lo conocen, estará ese día corriendo para el Team Leira Specialized, pero el festejo será compartido por toda la comunidad que ayudó a levantar.
Uno de los momentos más esperados del año para la escuela es el Trasmontaña. La preparación empieza en mayo: se elige compañero o compañera y se participa en carreras previas, que sirven como banco de pruebas para ajustar estrategias y niveles de exigencia. De lunes a sábado, los entrenamientos combinan rutinas de fuerza, trepadas y salidas largas, todo pensado para evitar la fatiga acumulada. Los turnos van desde las 14.30 hasta las 20, y en todos está “Carlitos”, guiando y acompañando.
Las salidas se planifican según el tipo de desnivel que se quiera trabajar, e incluyen circuitos por San Javier, sendas rurales o fincas de Tucumán. Siempre en grupo, para reforzar el sentido de equipo y disfrutar de la naturaleza. Este año, unos 50 ciclistas de la escuela participarán en distintas categorías del Trasmontaña: Padres e hijos, Mixtos Master C y B, Master A y B, y E-bike. Cada temporada, entre cinco y ocho parejas logran subirse al podio.
La clave, repite “Carlitos”, está en la preparación integral. La bicicleta debe estar en perfecto estado, con un service realizado al menos dos semanas antes. También recomienda una consulta cardiológica, conocer el circuito y definir una estrategia con el compañero. En la mochila, lo imprescindible: inflador, corta cadena, acople de unión y tarugos para pinchazos.
Para quienes debutan en la competencia, su consejo es claro: no arriesgar más de la cuenta y enfocarse en llegar sanos. “Con experiencia, ya podrán pensar en mejorar los tiempos”, explica. Sugiere un desayuno balanceado con frutas, huevos y yogur, y mantener la energía durante la carrera con barritas, geles y mucha agua.
La familia también juega su parte: en cada Trasmontaña hay carpas con logística, apoyo afectivo y, al final, un asado que resume el espíritu de comunidad. “Carlitos” encuentra su mayor recompensa en el progreso de sus alumnos: “La emoción de los logros es enorme”.
Porque en “Carlitos Bike”, el mountain bike es mucho más que una disciplina: es una escuela de vida, donde se cultivan valores como la solidaridad, el esfuerzo y el amor por la naturaleza. “No hacemos planillas de entrenamiento”, aclara, y no hace falta: lo que se aprende ahí va más allá de lo que pueda medirse.







