La obra de María Elena Walsh atraviesa generaciones

“Canciones para mirar” recrea temas clásicos de la compositora y escritora argentina dirigidos por Batiah Adler de Chazal. La entrada es un juguete que será entregado a instituciones benéficas.

SOBRE EL ESCENARIO. Parte del equipo que ofrecerá esta tarde “Canciones para mirar” en el Centro Virla. SOBRE EL ESCENARIO. Parte del equipo que ofrecerá esta tarde “Canciones para mirar” en el Centro Virla.

“Canciones para mirar” es un viaje para celebrar la obra musical de María Elena Walsh, que tendrá lugar esta tarde, desde las 17 en el auditorio del Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265), con un recorrido que invita a grandes y a chicos a visitar la producción poética y musical de una de las autoras más emblemáticas del país.

“Desde el humor sutil hasta las canciones que marcaron infancias enteras, nuestro espectáculo promete emoción, ternura y memoria colectiva”, adelanta Batiah Adler de Chazal, al frente del proyecto que se suma a sus propuestas culturales para toda la familia.

La entrada tiene un carácter solidario: se solicita como colaboración un juguete en buenas condiciones, que será entregado a instituciones benéficas.

“El recital nace por idea de Santino, mi alumno de canto de 10 años, que tenía el deseo de hacer un festival con sus temas. La idea me pareció fantástica, la escuché y pensé: qué mejor que conectar lo cultural con una causa comunitaria por el mes de las infancias. Que lo artístico no quede solo en lo bello y bonito, sino también saber que nosotros, los artistas y yo como educadora musical, tenemos una gran responsabilidad social”, plantea la directora en diálogo con LA GACETA.

- Junto al motivo solidario, ¿qué otras cosas los mueven hasta el escenario?

- El objetivo de revalorizar su obra, de llevar sus canciones a la comunidad tucumana, que los y las que no conocen su creación puedan empezar a transitarla. Pero es muy importante y no menor el propósito de recaudar juguetes para esos niños y niñas que no tienen la posibilidad de recibir uno, pensando en el juego como parte fundamental de las infancias. El recital es una primera parte: lo mejor creo que vendrá después, cuando llevemos todos los juguetes a la institución elegida y podamos brindarle algo de música y cultura a quienes estén allí. Nosotros queremos extendernos a esa comunidad que muchas veces no tiene la posibilidad de salir y conocer otras influencias.

- ¿Qué implica María Elena Walsh en el universo musical que están abordando para este concierto?

- Revisitar su obra implica retomar sus clásicas canciones, reversionarlas, analizar en profundidad sus letras y entender la postura que tuvo en su vida como mujer empoderada y luchadora que fue. A su vez, en el trabajo colectivo y grupal que venimos realizando, implica creatividad, disfrute, encuentro, volver a jugar.

- ¿Por qué hay que escucharla?

- Tenerla en el repertorio habitual permite acceder a su riqueza poética y literaria ¡Con sus letras se nos abre un mundo disparatado, mágico y alucinante! Escuchar cada una de sus canciones es como leer un cuento y una historia, pero con música. Cuando leemos un relato, cada uno se imagina cómo es el gato, la escalera, la mesa, el árbol; aquí con sus canciones pasa lo mismo y hace que nuestra mente vuele por un universo inmenso. Además, su música es exquisita, nada fácil por momentos, y retoma el folclore argentino, que es tan fundamental para seguir arraigando las nuevas generaciones.

- Algunas de sus canciones tienen ya 60 años y siguen vigentes, pese a todos los cambios sociales vividos...

- Estamos atravesando un mundo distinto al que ella habitó, atravesados por las redes sociales. Sin embargo, siempre aparece su nombre sin discusión de edad y todo el mundo la ubica: un poco tiene que ver con la respuesta anterior, y también creo que por sus melodías que tienen una estructura tan bien pensada que sí o sí te la aprendes, junto con la creatividad de sus letras y la versatilidad de estilos en sus canciones. Por otro lado, creo que es fundamental lo que se va enseñando y transmitiendo de generación en generación, ya sea en la escuela o en la casa. Una alumna me contó que el hijito aprendió a leer y escribir en el colegio con el “Twist del Mono Liso”, entonces uno piensa: ¡Ah! Sus letras y melodías tienen un sentido social y educativo importante. Seducen de su obra las historias disparatadas, divertidas y que dejan enseñanzas. Escuchar una historia cantada que tiene principio, desarrollo y final.

- ¿Cómo sería ella ahora, a qué le cantaría?

- Siendo tan revolucionaria como lo fue, se animaría a sumar otros estilos más nuevos a sus canciones (como ser la cumbia o el trap), además de sumar sonidos tecnologizados, obviamente sin dejar de lado nuestro folclore y nuestra identidad como pueblo. Con respecto a las letras, creo que seguiría escribiendo metafóricamente sobre cuestiones sociales actuales que la interpelen, mostrando en cada una de sus canciones su ideología y su postura ante eso que suceda.

- El coro mismo está compuesto por varias generaciones...

- Son más de 20 artistas en escena (ver “Los participantes”). El más chiquito tiene 10 años y el más grande supera los 50, Es un cruce intergeneracional maravilloso, y sabemos que va a suceder lo mismo con el público. La mayoría de los artistas que participan son alumnos y alumnas mías de las clases de técnica vocal y canto que se sumaron a esta gran movida, junto a otros artistas externos y a músicos que van a tocar en vivo.

Los participantes

Músicos: Cristian Dario (guitarra), Lázaro Vaca (piano) y Pablo Narvaja (percusión).

Cantantes y artistas: Tony Molteni, Jhonny Spekman, Sol Juárez, Gonza Becerra, Mauro G. del Moral, Flor Melano, Agus Checa, Ana Lucía, Gaby Taddei, Liz Molina Mayol, Santi Escobar Décima, Emi Villafañes, Consu Chaves Vilardi, Lolo Cipriani, Guadis Conte, Vipi Salas, Ari Aguirre y Javi Sal.

Asistencia técnica: Emiliano Núñez Campero.

Idea y dirección general: Batiah Adler de Chazal.

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