“Las primeras 48 horas tras la quema son clave en cuanto al deterioro”

El asesor privado Franco Fogliata dio detalles de estudios sobre la temática.

“Las primeras 48 horas tras la quema son clave en cuanto al deterioro”
09 Agosto 2025

“La quema de cañaverales -sea en forma accidental o deliberada- provoca enormes perjuicios, tanto en la faz productiva (por los kilos de azúcar por hectárea perdidos) como así también al ambiente y a la salud humana”, remarcó el asesor privado Franco Fogliata.

Este último caso, subrayó, resulta prioritario y muy preocupante, debido a los efectos nocivos de las partículas en suspensión que inundan el aire que se respiramos y a los gases tóxicos que se generan.

“Los efectos negativos en la producción están basados sobre datos logrados durante muchos años de experiencias locales y foráneas. En las primeras 48 horas después de la quema comienza a disminuir en el jugo de primera presión el pol% caña, la pureza% jugo, la extracción del jugo% caña, los kilos de polextraídos; todo esto unido a la pérdida del jugo en el tallo quemado, etc”, dijo. Añadió que, en paralelo, aumentan los grados Brix, por la mayor densidad del jugo; y que esto luego se traslada al jugo mixto en fabrica.

“También aumentan los elementos químicos negativos al proceso fabril, como los azúcares reductores, la dextrana, el ácido succínico y la viscosidad, etcétera. Ya en fabrica, el jugo clarificado aumenta su turbidez consecuencia de la viscosidad. Y si la caña está muy deteriorada, aparece etanol en ese % jugo debido a una gran fermentación dentro del tallo”, añadió.

Dijo, además, que en el jarabe aumentan las cenizas y los azucares reductores, unido a una baja filtrabilidad. “Hay un daño mayúsculo que afecta tanto al campo como a la fábrica”, destacó.

Además, consideró importante destacar lo que ocurre dentro del cañaveral durante la quema. “Los registros obtenidos señalaron que la temperatura osciló entre los 200° C y los 400° C. En el suelo, y solamente al 1,5 cm debajo de la superficie, osciló entre los 80° C y los 95° C al minuto de la quema. Así se afecta severamente la microflora útil del suelo. Si la temperatura ambiente aumenta en días cálidos durante la quema, el deterioro es más rápido”, puntualizó Fogliata.

A modo de síntesis, remarcó que las primeras 48 horas tras la quema resultan clave en cuanto al deterioro. “La cosecha y molienda deberían realizarse lo más inmediato posible”, afirmó.

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