Lorenzetti en Tucumán: “Los jueces debemos resistir las presiones del poder político”

El vocal de la Corte Suprema de Justicia de la Nación llamó a hacer una profunda reforma en los poderes judiciales del país.

DISTINCION. Ricardo Lorenzetti recibe el galardón de Catalina Lonac. DISTINCION. Ricardo Lorenzetti recibe el galardón de Catalina Lonac. La Gaceta / foto de Analía Jaramillo

Insistir para acercar de una vez por todas al Poder Judicial a la gente y, en un momento polémico, resistir a las presiones de la política sobre la Justicia. Estos dos ejes fueron resaltados por el vocal de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, quien estuvo en Tucumán para abrir las Jornadas Nacionales por los 10 años del Código Civil y Comercial. El magistrado ofreció una reflexión sobre el rol de las leyes, el Poder Judicial y el vínculo con la ciudadanía, a la vez que destacó la importancia de reconectar las instituciones con los problemas concretos de la gente, un objetivo que, a su juicio, guió la reforma del código.

En diálogo con LA GACETA, quien fuera presidente del Máximo Tribunal a lo largo de 11 años, no dudó en hacer una “gran autocrítica” al Poder Judicial. Señaló que “no está logrando satisfacer las necesidades de la población” y que “existe una gran desconexión entre las instituciones y la sociedad”. Lorenzetti fue enfático al afirmar que la solución a estos problemas no puede ser dada por el propio Poder Judicial, ya que no es “autónomo”. Por ello, instó a una discusión “muy fuerte” en la sociedad argentina sobre la independencia del Poder Judicial, que debe tener autonomía presupuestaria y regulatoria. Propuso una reforma total de los poderes judiciales, que incluya cubrir vacantes e incorporar tecnología para agilizar procesos, ya que la lentitud de los tribunales genera “mucha distancia” con una ciudadanía acostumbrada a la rapidez de los servicios modernos.

Respecto a las presiones que el Poder Judicial puede recibir del poder político, especialmente del Ejecutivo, Lorenzetti se mostró sereno. Afirmó que en sus 20 años en la Corte ha convivido con cinco presidencias , y que los “roces” y los límites entre poderes son lógicos en un sistema de controles mutuos. Su mensaje a los magistrados fue de templanza, alejándose del victimismo. “Víctima es la persona que está viviendo en la calle o que no le alcanza el dinero para llegar a fin de mes. Uno no tiene que hacerse la víctima”, sentenció, subrayando que la responsabilidad de la Corte es proteger a la población, no a sus miembros.

“La crítica es buena”

“La idea de que haya tres poderes, que se pensó mucho en el modelo de Estados Unidos, que nosotros hemos seguido, y también las ideas que se elaboraron aquí en Tucumán, es un poco basada en la desconfianza, es decir, que un poder controle al otro. Bueno, es lógico que tiene que haber límites, tiene que haber roces”, indicó el vocal de la Corte. Y agregó: “quien tiene responsabilidades como nosotros en la Corte Suprema tiene que tener templanza. La crítica es buena, no porque haya presiones. Yo nunca me hice la víctima a pesar de que sufrí de todo en 20 años pero creo que no, esa es nuestra responsabilidad nosotros tenemos que tener templanza porque nuestra función es proteger a los demás, no que nos protejan a nosotros; entonces, si hay presiones, bueno, las enfrentaremos, hay que resistir a esas presiones”.

Las jornadas fueron presididas por el vocal de la Corte, Daniel Oscar Posse y por Adela María Seguí, presidente y directora académica de la Escuela Judicial del CAM, respectivamente. La ceremonia de inicio contó con la presencia del Presidente de la Corte tucumana, Daniel Leiva, y de los vocales Claudia Sbdar, Eleonora Rodríguez Campos y Antonio Estofán, además de la del vicegobernador Miguel Acevedo, del propio Lorenzetti y de la académica Aída Kemelmajer de Carlucci, estos dos últimos miembros de la comisión redactora del Código. Estuvieron presentes, el Ministro Público Fiscal, Edmundo Jiménez, la presidenta de la Federación Argentina de la Magistratura, Marcela Ruiz, además magistrados, miembros del Poder Legislativo, del Ejecutivo; los integrantes de la Justicia Federal Marina Cossio, Mario Leal y José Manuel Díaz Vélez, la Decana de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Cristina Grunauer de Falú, y la fundadora de la Universidad San Pablo T, Catalina Lonac, entre otros.

Lorenzetti calificó la reforma del Código Civil y Comercial como un “cambio muy grande” que ha revolucionado las instituciones. “A diferencia de los códigos del siglo XIX y XX, el actual no está enfocado en lo que la sociedad puede pedir, sino en lo que las instituciones pueden dar para servir a la población”, destacó. Además explicó que esta normativa busca reconectar con los problemas cotidianos de la ciudadanía. En materia de familias, por ejemplo, el código no impone un modelo único, sino que “da oportunidad a que todos tengan la familia que desean tener” y organicen su vida como personas libres y adultas. También se enfoca en la protección de los derechos de los consumidores y usuarios.

Tecnología y ambiente

Consultado sobre la necesidad de sumar o renovar aspectos del código tras diez años de vigencia, Lorenzetti enfatizó que la clave del mismo es su diseño abierto y flexible. Sostuvo que, a diferencia de leyes “muy específicas” y detalladas, que rápidamente “pasan de moda” debido a la aceleración del cambio, el Código fue concebido para permitir modificaciones a través de la jurisprudencia y la participación de la comunidad. Esta característica lo hace adaptable a los problemas de la tecnología y las cuestiones ambientales, dos temas que el juez mencionó como centrales en el siglo XXI.

Lorenzetti advirtió sobre los riesgos que la tecnología representa para las nuevas generaciones. Mencionó la vulnerabilidad de la privacidad de los niños y adolescentes, cuyo historial en redes sociales podría exponerse en el futuro al buscar trabajo o al solicitar un seguro de salud. El código, aseguró, “contiene las herramientas para proteger a los jóvenes del bullying, la ludopatía y el contenido dañino en las redes”. Asimismo, el Código contempla la protección del medio ambiente, buscando orientar el desarrollo de una manera compatible con la naturaleza en un mundo ya contaminado. Finalmente, compartió su historia de vida para inspirar a quienes se sienten desesperanzados. Desde sus orígenes humildes, trabajando como cocinero de expedientes y viajando para estudiar , hasta su llegada a la Corte Suprema, el juez afirmó que “todo es posible”. Destacó la importancia de la movilidad social, la universidad pública y la buena fe de las personas que “tienden una mano”.

Doctor Honoris Causa: fue distinguido en la San Pablo T

Ricardo Lorenzetti fue distinguido con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Pablo-T, en reconocimiento a su destacada labor en el ámbito judicial, académico y profesional. La fundadora de la Universidad de San Pablo-T, Catalina Lonac, fue la encargada de entregar la distinción, acompañada por la resolución rectoral y la medalla de honor. En su discurso, resaltó que el homenaje no solo reconocía la trayectoria del magistrado, sino también los valores que la institución promueve.

Presentación de libro: “El ambiente en clave constitucional”, de Claudia Sbdar; hoy, en el Catalinas Park

En el marco de las Jornadas por los 10 años de vigencia del Código Civil y Comercial de la Nación, hoy a las 12.30 se realizará la presentación del libro “El ambiente en clave constitucional” de la doctora Claudia Sbdar, Vocal de la Corte de Tucumán. El mismo tendrá lugar en el salón San Martín, del Hotel Catalinas Park. La presentación estará a cargo de los doctores Néstor Cafferatta, Gonzalo Sozzo, Aída Kemelmajer de Carlucci y Pablo Lorenzetti.

Una Justicia “con rostro humano”

En el marco de las jornadas por el décimo aniversario del Código Civil y Comercial, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, Dr. Daniel Leiva, ofreció su perspectiva sobre el impacto de la norma en la sociedad y el Poder Judicial. Leiva destacó la trascendencia de la reforma y el cambio de paradigma que trajo consigo, al pasar de un enfoque individualista a uno que prioriza la solidaridad y la tutela de bienes comunes.

El magistrado elogió el Código Civil y Comercial, calificándolo no solo como una profunda actualización normativa sino como un cambio en la filosofía jurídica del país. Según Leiva, la norma dejó atrás el “marcado individualismo decimonónico” para poner en primer plano la solidaridad y consolidar un nuevo paradigma de mirada colectiva y tutela de bienes comunes. Leiva hizo hincapié en que el código se ha puesto al servicio de una justicia proactiva. “Este nuevo enfoque se centra en la prevención del daño, recordando a los operadores de justicia la necesidad de actuar considerando al otro y alineando el derecho a una visión más social y humana”, dijo. El presidente de la Corte provincial destacó que el código pone al derecho “en función de la persona y no al revés”. El presidente de la Corte también se refirió al trabajo del Poder Judicial de la provincia, señalando que, inspirados por el nuevo código, se ha trabajado en políticas que generaron un espacio para una jurisprudencia que ha colocado a la persona en el centro de la escena judicial. En otras palabras, se le ha dado a la justicia un “rostro humano” en línea con los principios de accesibilidad y eficiencia del Código.

“El jurista ya no puede limitarse a aplicar normas”

Daniel Posse, vocal de la Corte, se refirió al trabajo que se lleva adelante desde el CAM respecto de unas de las funciones más delicadas de la arquitectura institucional, la selección de jueces, lo que “nos exige no sólo garantizar concursos transparentes y justos, sino también formar a los aspirantes con una mirada acorde a los desafíos del Derecho contemporáneo”. “La vigencia del Código Civil y Comercial marcó un verdadero cambio de paradigma. No fue simplemente una respuesta técnica ni una mera actualización normativa, sino la cristalización de décadas de pensamiento jurídico que denunciaron las insuficiencias del modelo clásico. El Código consagra un Derecho Privado abierto, centrado en la persona y no sólo en el patrimonio, sensible a la faz colectiva y a las asimetrías del poder”, dijo. Y agregó: “Hoy el jurista ya no puede limitarse a aplicar normas, debe interpretar un sistema dinámico, guiado por principios y valores que giran en torno a la dignidad humana. En mi carácter de profesor de Derechos Humanos, puedo dar testimonio de que esta reforma no fue una reforma sólo técnica, sino también una reforma ética, una reforma cultural, que impuso a los jueces una nueva forma de fundamentar sus decisiones. Ya no basta con aplicar mecánicamente la ley, sino que es necesario interpretarla a la luz de los derechos fundamentales que han dejado de ser patrimonio de especialistas para convertirse en una lengua común para todo operador jurídico”. “La obra que hoy celebramos es fruto de décadas de labor de la doctrina argentina y de la sensibilidad de nuestros jueces que supieron escuchar los reclamos de una sociedad más compleja y consciente de sus derechos”, finalizó.

Nuevas formas de enseñar

Adela Seguí, Directora Académica de la Escuela Judicial del CAM, destacó la tarea llevada adelante por los juristas de todo el país que intervinieron en la redacción del Código, que aportó lo que definió como un cambio de paradigma. “Muchos de esos cambios fueron pensados por los dos brillantes juristas que están en esta mesa, Ricardo Lorenzetti y Aída Kemelmajer. Por eso, y en nombre de quienes ejercemos el Derecho y enseñamos en este suelo, les agradezco profundamente a ellos dos por haber sido capaces de la tarea ciclópea de redactar este nuevo código, que ha cambiado nuestra vida de una manera que acaso aún no alcanzamos a dimensionar, porque los estamos viviendo y todavía nos sentimos los mismos”, expresó. Y agregó: “Nuestro nuevo Código no se ha limitado a actualizar instituciones, ha redefinido el modo en que pensamos, interpretamos y en el que debemos enseñar el Derecho Privado. En su título preliminar se condensa una verdadera arquitectura normativa que ordena el sistema en torno a principios, valores y reglas interpretativas y ofrece un núcleo de significaciones que transforma la práctica jurídica y permite hacer del Derecho Privado una herramienta al servicio de la dignidad humana”. “Esa orientación -dijo- no sólo obliga a los jueces a decidir de una manera distinta, sino que interpela a quienes formamos en el Derecho a revisar profundamente nuestras formas de enseñar. En ese contexto, la propuesta de estas jornadas fue elevada desde la Escuela Judicial y aprobada por el Consejo Académico de la Escuela”.

Comentarios