
Este es el nombre argentino que se usó una sola vez hace más de 100 años y desapareció

En el vasto universo de los nombres registrados en Argentina, hay casos que destacan por su originalidad, rareza o simple inusualidad. Uno de ellos es el de Lesbia, un nombre que fue inscripto por primera y única vez en el país en 1924, hace exactamente 101 años, y que desde entonces no volvió a aparecer en ninguna partida de nacimiento.
El dato fue revelado por el Registro Nacional de las Personas (RENAPER), que mantiene una base de datos con más de 29.000 nombres únicos —aquellos que fueron registrados solo una vez entre 1920 y la actualidad—. Y aunque muchos de estos casos se deben a errores ortográficos o combinaciones inventivas, el caso de Lesbia tiene una historia mucho más rica y poética detrás.
Un nombre con raíces en la poesía antigua
El nombre Lesbia proviene del latín y significa literalmente “la que es de Lesbos”, en referencia a la isla griega del mar Egeo. Lesbos fue el lugar de nacimiento de Safo, una de las figuras más emblemáticas de la poesía lírica de la Antigua Grecia. Safo es recordada por sus versos apasionados, a menudo dedicados a otras mujeres, lo que hizo que su figura se convirtiera en un símbolo de la expresión amorosa femenina y de la sensibilidad poética.
Esta asociación etimológica y cultural convirtió a "Lesbia" en un nombre cargado de significados simbólicos: no solo evoca a una región geográfica, sino que también representa una tradición literaria vinculada con la pasión, la belleza y la expresión del deseo.
Catulo y Lesbia: el eco romano de un nombre griego
Pero la historia del nombre no termina en Grecia. En la Antigua Roma, el poeta Cayo Valerio Catulo usó el seudónimo "Lesbia" para referirse a su amante en una serie de poemas que mezclaban el deseo, la ternura y la frustración amorosa. Se cree que la verdadera identidad de Lesbia era Clodia, una mujer de la aristocracia romana con quien Catulo mantuvo una relación tormentosa.
Inspirado por la obra de Safo, Catulo eligió "Lesbia" como forma de homenajear a la poeta y, al mismo tiempo, establecer una conexión entre la tradición lírica griega y la romana. Así, el nombre quedó impregnado de resonancias culturales que trascendieron el tiempo.
¿Un nombre olvidado o una joya escondida?
Pese a su riqueza histórica, Lesbia no volvió a aparecer en los registros argentinos desde hace más de un siglo. ¿Fue un caso aislado? ¿Una elección erudita de padres con inclinaciones poéticas? ¿O simplemente una decisión que, con el tiempo, quedó atrapada en el olvido?







