La falta de inversión y mantenimiento ya muestra consecuencias. En Camarco alertaron que el deterioro de las rutas nacionales es creciente, en especial en corredores estratégicos.
Federico Sturzenegger
En medio del plan de reestructuración estatal impulsado por el gobierno de Javier Milei, la disolución de la Dirección Nacional de Vialidad encendió alarmas en el sector de la construcción. La Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), a través de su presidente Gustavo Weiss, expresó profunda preocupación ante un escenario que calificó como “inédito” y sin referencias claras sobre su funcionamiento futuro.
“Entramos a un mundo desconocido. No tenemos idea de cómo van a ser los próximos pasos ni cómo va a funcionar la medida”, advirtió Weiss, según el diario "Ámbito", tras conocerse el anuncio oficial realizado por el vocero presidencial Manuel Adorni. El gobierno libertario busca reemplazar el histórico organismo vial por un esquema de concesiones privadas y licitaciones centralizadas en el Ministerio de Economía nacional, a cargo de Luis Caputo, lo que para la industria representa una transformación sin precedentes.
El presidente de Camarco subrayó que la existencia de organismos especializados como Vialidad es una práctica habitual en todo el mundo. “En todos los países hay un organismo como Vialidad”, sostuvo. Agregó que, si bien en Argentina “está todo muy concentrado”.
Con anterioridad, la Confederación General del Trabajo (CGT) expresó su repudio a la nueva disposición y advirtió que el cierre del organismo representa un abandono del rol del Estado en la infraestructura estratégica.
Según la central obrera, se trata de un “ataque directo al modelo de país federal” y resalta que esta medida “no hace más que transformar a las rutas argentinas en un espacio donde, más temprano que tarde, el abandono derivará en más accidentes y peligro para las millones de personas que las transitan día a día”.
En la misma línea, la titular del Sindicato Trabajadores Viales y Afines (STVyARA), Graciela Aleñá, acusó al presidente Milei y al ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, de propiciar “rutas nacionales de la muerte”.
La reestructuración incluye además la desaparición de la Agencia Nacional de Seguridad Vial y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). Sus funciones pasarán a manos del Ministerio de Economía y la Gendarmería Nacional, mientras que una nueva agencia supervisará las concesiones viales privadas. Sin embargo, para el sector constructor, este nuevo esquema carece de certezas operativas y pone en riesgo la continuidad de obras fundamentales para el desarrollo federal del país.






