La oscuridad se adueña del mundo: Black Sabbath dice adiós

La oscuridad se adueña del mundo: Black Sabbath dice adiós

Los padres del heavy metal se despiden con un concierto en Birmingham, donde todo comenzó hace 57 años.

¿Is this the end of the beginning or the beginning of the end? La pregunta puede estar referida a un círculo. ¿En qué parte comienza y en qué parte termina? Nada de eso se debe haber escapado de quienes decidieron que el principio de ese círculo sea la ciudad de Birmingham, la segunda más importante del Reino Unido. Allí nació todo, y ¿allí termina todo? En lo que se conoció como “el taller del mundo” nació Black Sabbath, a mediados de 1968, y, como debe ser, ese círculo se cierra. Los padres del Heavy Metal abandonan los escenarios y a partir de ahora nos sentiremos un poco más huérfanos.

¿Qué hace falta para ser una banda de rock and roll? Purismos aparte, un cantante con épica, una guitarra que dispare riffs vertiginosos, un bajo que marque el ritmo y una batería que suene como el trueno. Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward fueron eso y mucho mas. Habrá quienes digan que el Heavy ya lo habían inventado los Beatles con Helter Skelter o Pink Floyd con The Nile Song, y es muy posible. Pero fueron los cuatro de Birmingham los que le dieron a la criatura una nueva forma. “¿Qué es esto que está delante de mí? / Es un demonio que me señala / Rápidamente doy la vuelta y comienzo a correr / Me doy cuenta que soy el elegido / ¡Oh, no! / Es un demonio enorme, vestido de negro, con ojos de fuego / Le dice a la gente qué es lo que quiere / Satanás está sentado por allá, riéndose”. La voz viscosa del “Príncipe de las tinieblas” escupe la letra de lo que sería el primer simple de la banda, a principios de 1970, llamada, como su usaba mucho en esa época, igual que la banda, Black Sabbath. El disco, para no dejar dudas, llevaba el mismo nombre. Con canciones como “The Wizard”, “N.I.B.”, “Behind the Wall of Sleep”, “Evil Woman” o “Warning”,la “master piece” del álbum, aunque no era de ellos  pegaron un volantazo tremendo en el rock y ya nada volvió a ser igual. Si para entoces muchos pensaron que la época del Flower Power seguiría mucho tiempo más, los Sabbath, con su estética gótica, sus shows psicodélicos, con la presencia de la oscuridad y el satanismo siempre presente destrozó ese sueño y le dio paso a uno de los movimientos tal vez más denostados de la historia, pero que supo imponerse por peso propio y que aún hoy se mantiene como uno de los más vigentes.

Por conocida que sea, la figura de Tony Iommi no puede despegarse de un evento dramático: los riffs de su guitarra se deben en parte a que, a los 17 años sufrió un accidente laboral que le seccionó la punta de los dedos de la mano. Así y todo, se las ingenió para volver a tocar, aunque haciéndolo en escalas diferentes, algo que fue una revolución. Hoy es indiscutidamente considerado uno de los mejores guitarristas del mundo.

Nada fue fácil para Osbourne y compañía. Las radios, principal motor de difusión en la época, los habían prohibido. Sus letras eran demasiado peligrosas. Pero el público no sólo los apoyó, sino que los llevó a la cima. Pronto los pubs donde tocaban quedaron chicos y hubo que habilitar nuevos escenarios. La tromba ya era imparable. Y como buenos boxeadores, pegaron dos veces. El mismo año del disco debut, salió a la luz (¿a la oscuridad?) Paranoid, una obra maestra nacida en plena guerra de Vietnam que abre con “War Pigs”: “los políticos se esconden / ellos sólo empezaron la guerra / ¿por qué irían a pelear? / ese rol se lo dejan a los pobres”. ¿Les suena? La obra, como si fuera un defecto, no estuvo exenta de polémicas. Ese mismo año en Estados Unidos una mujer se suicidió y en su departamento se encontró una copia de Paranoid. La culpa, como no podía ser de otra manera, recayó en el heavy metal. Para ese entonces, Led Zeppelin y Deep Purple se habían sumado al movimiento que ya era mundial.

Luego aparecerían Master of Reality, Black Sabbath Vol. 4, Sabbath Bloody Sabbath, Sabotage otros 13 discos hasta culminar, justamente, con 13, su última obra lanzada en 2013. Casi todos fueron éxitos de ventas. En Argentina, el máximo exponente del heavy metal, Ricardo Iorio, siempre fue un admirador de la banda. Y en su canción "A Vos Amigo", hace mención a "Las plateadas cruces de Black Sabbath y su resplandor".

En el medio, pasó de todo. El abuso de drogas y alcohol, las peleas internas, la salida de Ozzy y el ingreso de los enormes Ian Gillian y sobre todo Ronnie James Dio, los reencuentros, nuevos “escándalos” (¿hace falta contar otra vez la anécdota de Ozzy arrancándole la cabeza de un mordisco a un murciélago que había caído sobre el escenario?). Fueron 57 años de rock, oscuridad, guitarras distorsionadas y golpes de batería. “Somos una de las pocas bandas donde los miembros originales todavía están vivos y hablando entre ellos”, dijo Iommi hace unos días.

Y para decir adiós en la ciudad en la que hay un puente con su nombres, Black Sabbath decidió hacer una reunión familiar. Por eso, convocaron a la mayoría de sus “hijos” en lo que seguramente será uno de los recitales de heavy más grandes del mundo. La lista la integran grupos como Metallica, Guns N' Roses, Tool, Rival Sons, Slayer, Pantera, Gojira, Alice In Chains, Halestorm, Lamb Of God, Anthrax, Soundgarden o Mastodon serán parte, con la dirección de Tom Morello de Rage Against de Machine. Por tener en curso su propia gira no podrá estar Judas Priest, pero Rob Halford prometió que en cada uno de sus conciertos, a manera de homenaje, versionarán War Pigs.

La despedida se llama "Back to the Beginning", una forma de responder a la pregunta del principio. Tal vez no sea cierto que se vayan. Tal vez sólo estén tomando impulso para lo que viene. ¿Alguien puede asegurar que los padres del heavy no son capaces de hacerlo?

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