
Cinco varones al micrófono, cuatro temas calientes y una consigna: debatir con respeto. O, al menos, intentarlo. Este jueves, alrededor de 100 personas se reunieron en el Espacio Cultural de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) para asistir a la tercera edición del Debate de Militancia Juvenil. La actividad fue organizada por ODIS (Organización de Debates para las Ideas y el Saber), en articulación con la Secretaría de la Juventud de Tucumán y la Fundación Ibatín.
El encuentro, que se repite anualmente desde 2023, tiene como objetivo promover la participación democrática y el respeto por la pluralidad de voces. Cada participante representó a un espacio político distinto: Nicolás Ale al Frente de Izquierda; Baltasar Muro al partido Creo; Luis Ganami al Partido Justicialista; Ezequiel Aguilera a la La Libertad Avanza y Emiliano Páez a la Unión Cívica Radical.
Dos ejes fueron elegidos por la organización: economía, y educación y salud. Y los otros dos salieron por decisión de los jóvenes: instituciones y corrupción, y jubilaciones y pensiones. Cada orador tenía cinco minutos; cuatro posibilidades de réplica, y un público que acompañó con aplausos, risas, chicanas y hasta arengas políticas.
Eje 1: economía
La Libertad Avanza abrió con un clásico: déficit fiscal y motosierra. “El Estado se tiene que achicar”, planteó Aguilera, que también mostró su propuesta para Tucumán de reforma del sector público. La izquierda le saltó con todo: “vos hablás de recortes, pero no cuestionás los millones que gana (el vocero Manuel) Adorni por hablar cinco minutos”.
Ganami (PJ) defendió la inversión pública y los derechos sociales. Muro (Creo) apuntó contra el saqueo histórico de la caja jubilatoria. La UCR propuso “reformas estructurales” pero fue acusado de hacer “una charla TED”. El tono escaló rápido.
Eje 2: instituciones y corrupción
Acá se picó. Aguilera (LLA) cargó contra Osvaldo Jaldo, Juan Luis Manzur y Cristina Fernández de Kirchner. Nicolás Ale (FIT) habló de lawfare, estafas cripto y “la casta judicial”. Páez (UCR) criticó el “populismo de izquierda y de derecha”, y recibió abucheos.
Luis Ganami (PJ) defendió a Cristina Fernández como víctima de una causa armada. Muro (Creo) tomó distancia de la grieta. “No todos son lo mismo, pero sí hay una degradación institucional que es transversal”, dijo. Cada intervención parecía abrir una puerta a nuevas interpelaciones. La moderadora Amaru Orlando pedía calma. “Eviten los insultos”, repetía. Nadie escuchaba demasiado.
Eje 3: educación y salud
Fue el espacio más intenso de discusión. Todos opinaron, todos se cruzaron. Ganami defendió el sistema de salud pública y el plan de vacunación infantil: “no más tapitas para el Garrahan, pongamos la plata donde tiene que ir”. Páez planteó una visión preventiva: “pensar en políticas de nutrición, saneamiento y educación para la salud”.
Sobre educación, Baltasar Muro (Creo) cuestionó el enfoque tradicional y propuso modernizar los contenidos: incorporar educación financiera y más Inglés, sin perder el rol público de la educación.
Desde el FIT, Nicolás Ale acusó al PJ de haber “liquidado los sueldos docentes” y recordó represiones en Jujuy. Aguilera se defendió con datos: “hoy las jubilaciones están en 125 dólares. Con el peronismo eran 80”. Páez y Ganami replicaron que “la abuela no saca dólares del cajero”.
La pelea llegó hasta las aulas de Filosofía: se acusó a la Franja Morada de boicotear tomas y de no asistir a asambleas. A esa altura el debate ya era fuego cruzado.
Eje 4: jubilaciones y pensiones
El de las jubilaciones y pensiones resultó un tema que, si bien parecía lejano para la juventud, sacó posiciones firmes. Ganami (PJ) fue tajante: “¿por qué no cuestionan los millones que ganan los voceros? ¿Por qué eligen castigar a quienes trabajaron toda su vida?”. Y destacó el rol de la moratoria previsional para mujeres. El FIT habló de “crueldad institucional”, y criticó la represión del Gobierno nacional a jubilados y personas con discapacidad. También diferenciaron las políticas de seguridad entre la Nación y Tucumán, aunque hubo quien recordó represiones locales.
Aguilera (LLA) citó auditorías a pensiones por invalidez y habló de recortes “necesarios” para el déficit fiscal. Páez mencionó el “pacto intergeneracional”. Dijo que “hay que fortalecer el empleo formal para sostener el sistema previsional a largo plazo” y se mostró a favor de sostener moratorias para quienes trabajaron sin aportes registrados.
Cinco voces y un sólo género
Ninguna de las cinco fuerzas políticas eligió a una mujer para su representación en el panel. Esta ausencia no pasó inadvertida. Ante la consulta de LA GACETA, Lautaro Núñez, organizador del encuentro, dijo: “nosotros sí tenemos mujeres en el staff y en la moderación. La ausencia de mujeres en el panel no fue por decisión de ODIS, sino por cómo los partidos designaron a sus oradores. Nos encantaría hacer un debate solo de mujeres”.
Cerca del final del segundo bloque, la coordinadora del debate se permitió una reflexión personal antes del break. “Me voy a tomar la licencia de expresar un deseo personal. Espero que en la próxima edición más mujeres se animen a participar, porque sin la voz de las mujeres esto está incompleto”, manifestó.
Debatir, aunque no haya consenso
El último tramo fue puro griterío. “Universidad de los trabajadores y, al que no le gusta, que se joda”, coreaba el Frente de Izquierda. El PJ retrucó con lo suyo. Entre arengas, abucheos y aplausos desbordados, el debate concluyó como había empezado: con intensidad y tensión.
“Estos espacios son clave para la democracia. Todos los jóvenes somos parte de la tolerancia política y de la participación democrática", resumió Lautaro. La próxima edición ya está en marcha. Y, aunque nadie salió convencido de que había ganado, al menos todos se hicieron escuchar. Porque el verdadero ejercicio democrático fue ese: animarse a debatir, aunque por instantes los gritos hayan sonado más alto que las ideas.