En un momento de crecimiento sostenido y transformación tecnológica, la industria automotriz argentina enfrenta una dificultad inesperada: no hay suficientes jóvenes preparados para cubrir los puestos técnicos que abre el sector. La escasez de talento calificado pone en riesgo su competitividad, incluso cuando se proyecta una suba del 10% en el desempeño para este 2025.
Las oportunidades laborales existen, los sueldos están por encima del promedio nacional y las condiciones laborales son estables. Sin embargo, las empresas no logran atraer ni retener a los perfiles que necesitan, especialmente en áreas vinculadas a software, robótica, automatización e inteligencia artificial.
El sector automotor crece, pero le faltan jóvenes capacitados
La industria automotriz argentina continúa siendo una de las más dinámicas del país. Aporta más de 73.000 empleos directos —25.000 en plantas ensambladoras y 48.000 en autopartistas— y se mantiene como el tercer productor automotor de América Latina, detrás de Brasil y México. Para este año, se estima la venta de entre 440.000 y 470.000 unidades, con un 46% destinado a exportación.
Pero ese crecimiento tiene un límite: la falta de jóvenes capacitados. Según datos de Adecco Argentina, el 76% de los empleadores tienen dificultades para encontrar los perfiles técnicos que necesitan. Esta escasez no sólo preocupa a las terminales, sino también a toda la red de proveedores y empresas vinculadas.
Los puestos más críticos son los de ingenieros eléctricos, especialistas en automatización y robótica, programadores de software automotriz, analistas de datos, diseñadores UX/UI y técnicos en mantenimiento de robots. Muchos de estos roles no requieren necesariamente un título universitario, pero sí formación técnica específica, experiencia en tecnologías avanzadas y capacidad de adaptación al cambio.
“La industria automotriz está en plena evolución tecnológica, pero, para sostener ese proceso, necesita de un ecosistema laboral preparado. Hoy el principal cuello de botella es la falta de talento calificado. Invertir en formación y trabajar sobre la empleabilidad es tan estratégico como incorporar nuevas tecnologías”, señala Ariel Bonanno, KAM Automotriz y Metalúrgica de Adecco Argentina.
Una dificultad global empujada por la tecnología
El fenómeno no es exclusivo del país. A nivel mundial, la industria automotriz emplea a más de 14 millones de personas y vive un proceso de reconversión acelerada: electrificación de vehículos, automatización industrial, digitalización de procesos, inteligencia artificial aplicada y mayor foco en sustentabilidad son parte del nuevo paisaje. En este escenario, el capital humano es un recurso escaso y muy disputado.
Para los jóvenes que están definiendo su rumbo profesional, la automotriz aparece como una opción sólida. El salario promedio ronda los $ 850.000 mensuales, una cifra que se ubica por encima del promedio nacional, y sólo por debajo de sectores como tecnología ($ 1.200.000) y energía ($ 1.050.000). Además, la rotación laboral en este rubro es baja, lo que garantiza estabilidad a largo plazo.
Aun así, las empresas no logran llenar las vacantes. Esto obliga a repensar las políticas de formación técnica, la articulación con escuelas secundarias y terciarios, y la reconversión de perfiles ya formados. Para muchos especialistas, el desafío no es sólo educativo, sino también cultural: acercar la industria a los jóvenes, romper con prejuicios y mostrar que hay futuro en este sector.
La movilidad eléctrica también entra en juego. Aunque la Argentina avanza en la producción de vehículos eléctricos, todavía hay limitaciones en autonomía, infraestructura de carga y escalabilidad industrial. Este segmento demanda nuevas habilidades, como gestión de baterías, electrónica de potencia y diseño de interfaces digitales. En otras palabras, necesita jóvenes preparados para liderar esa transición.