San Martín de Tucumán y la urgencia de superar al rival más difícil: las lesiones

En un torneo que demanda regularidad, el "Santo" sólo pudo repetir una vez su equipo titular en 20 partidos. Las bajas físicas se convirtieron en el principal obstáculo.

ENFOCADO. Martos prepara el partido del domingo contra Güemes en Santiago del Estero. ENFOCADO. Martos prepara el partido del domingo contra Güemes en Santiago del Estero. Foto CASM.
02 Julio 2025

A medida que avanzan las fechas, San Martín se enfrenta a un reto que va mucho más allá de la táctica o del funcionamiento colectivo: la continuidad. En un torneo largo, exigente y con margen mínimo para el error como es la Primera Nacional, las lesiones, suspensiones y bajas físicas generaron un verdadero dolor de cabeza para Ariel Martos, quien apenas pudo repetir el mismo “11” titular una sola vez en las primeras 20 jornadas. De esta manera, el entrenador tuvo que recurrir a diferentes variantes para sostener la competitividad en su plantel.

En una categoría en la que el desgaste es constante y los son viajes largos, la estabilidad suele ser un recurso escaso. En el “Santo”, lo fue aún más: solamente entre la fecha 11 (en la igualdad contra All Boys) y la fecha 12 (con el triunfo 1-0 sobre Arsenal) el equipo pudo repetir exactamente los mismos nombres. El resto del torneo fue un desfile de cambios obligados, muchos de ellos producto de lesiones musculares o traumatismos que afectaron tanto al armado defensivo como a la ofensiva.

Los datos son contundentes: en 18 de las 20 fechas, el “Santo” presentó al menos una variante en su alineación titular respecto del partido anterior. Esto no sólo afecta el funcionamiento colectivo, sino también los automatismos entre líneas y la confianza individual de algunos futbolistas.

A pesar de ello, hay jugadores que se mantuvieron como columna vertebral. Darío Sand y Guillermo Rodríguez fueron los únicos que acumularon los 1.800 minutos posibles, siendo titulares en todas las fechas. Detrás de ellos aparecen otros nombres como Hernán Zuliani y Matías García, ambos con 1.530 minutos en cancha, y un grupo más amplio que incluye a Martín Pino, Gustavo Abregú, Juan Cuevas, Juan Cruz Esquivel y Federico Murillo, todos por encima de los 1.200 minutos.

Pero el rendimiento y la regularidad no siempre van de la mano de la disponibilidad física. De hecho, muchos de esos nombres también debieron lidiar con dolencias a lo largo del semestre.

El caso más grave fue el de Nicolás “Chuny” Moreno, que sufrió la rotura de ligamentos cruzados en su rodilla derecha y quedó marginado por el resto del año. Su baja no sólo impactó en lo futbolístico, sino también en lo emocional.

Otra ausencia de peso fue la de Cuevas, quien sufrió un desgarro en la pierna derecha en abril, durante el empate frente a All Boys. Aquel día, además, el parte médico fue doblemente preocupante: Gonzalo Rodríguez sufrió una luxación en el hombro derecho que por fortuna no derivó en una cirugía, pero sí dejándolo fuera por varios meses.

Como si eso fuera poco, en la misma semana también se conoció que Sand arrastraba una lesión en los meniscos que ponía en duda su continuidad en el arco.

En ofensiva, Pino arrastró una contusión en el pie que lo mantuvo entre algodones y lo obligó a alternar titularidades. Mientras tanto, Abregú, una de las piezas claves en el mediocampo, también debió parar por un desgarro en el menisco tras la derrota contra San Miguel.

En paralelo, otros como Ulises Vera, Nahuel Cainelli, Franco García y Mauro Osores fueron sufriendo diferentes lesiones musculares que redujeron la cantidad de alternativas disponibles en la rotación.

Y cuando parecía que el panorama empezaba a estabilizarse, ayer se conoció que Esquivel, uno de los jugadores más importantes del frente de ataque, sufrió un esguince de tobillo en la última semana. Si bien todavía el club no dio a conocer el parte médico oficial, su presencia frente a Güemes de Santiago del Estero este domingo está en duda.

Para Martos, perder a Esquivel implicaría quedarse sin un jugador que combina desequilibrio, sacrificio y llegada al gol.

En este contexto, la ingeniería táctica se vuelve esencial. El entrenador no sólo tuvo que reconfigurar líneas enteras según los disponibles, sino también reinventar asociaciones y perfiles: hubo partidos en los que Cainelli jugó de lateral, Vera se movió como extremo, y Soraire alternó entre doble “5” y enlace. El rompecabezas nunca tuvo una forma definitiva.

Pese a las lesiones, se mantiene en lo más alto

Pese a todo, San Martín logró mantenerse competitivo. La base de minutos jugados muestra una estructura más o menos sostenida, con jugadores como Zuliani, García, Cuevas y Esquivel como piezas casi fijas en el dibujo.

Pero está claro que la exigencia física y la acumulación de partidos siguen poniendo a prueba la planificación y armado del plantel.

De cara al cruce frente a Güemes, la lista de lesionados todavía pesa. Aunque algunos como Cainelli, Franco García  y Vera se reincorporaron progresivamente, hay situaciones que siguen condicionando el presente. El caso de Esquivel se suma a la ya larga lista de preocupaciones médicas.

El cuerpo técnico sabe que el margen de error se achica y que cada punto puede marcar la diferencia en la lucha por los puestos de privilegio. Pero para sostener el ritmo competitivo, San Martín necesita la continuidad que todavía no consiguió y dejar atrás a su peor rival: las lesiones.

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