Luiz Inácio Lula da Silva
Luiz Inácio Lula da Silva aterrizará mañana en Buenos Aires para una breve visita de menos de 24 horas, lo que marcará su primer encuentro en suelo argentino desde la asunción de Javier Milei. La cumbre del Mercosur, que formalmente traspasará la presidencia pro-tempore de Argentina a Brasil, se desarrollará en un clima de incertidumbre, dado que hasta el momento no hay confirmación de una reunión bilateral entre Lula y Milei.
La relación entre ambos líderes es notoriamente tensa. Lula apoyó abiertamente a Sergio Massa en las elecciones argentinas, mientras que Milei profirió duros insultos contra el mandatario brasileño. Esta situación evocó el distanciamiento entre Alberto Fernández y Jair Bolsonaro, aunque en aquel entonces la diplomacia y los lazos empresariales bilaterales lograron mantener la cooperación. Se especula si, al igual que en aquella oportunidad, un encuentro bilateral de último momento podría concretarse.
Invitados y agenda paralela
Además de Lula, se espera la participación del presidente paraguayo, Santiago Peña, el uruguayo Yamandú Orsi y el boliviano Luis Arce, cuya presencia se da en un contexto de profunda crisis institucional y económica en su país.
Mientras tanto, en Brasil no confirman si Lula buscará reunirse con Cristina Fernández de Kirchner, un anhelo expresado por algunos sectores del Partido de los Trabajadores (PT) y allegados a la ex mandataria. Si bien no hay confirmación de una visita formal, en círculos del "Grupo de Puebla" incluso se barajó la posibilidad de un saludo simbólico desde la calle a la puerta del domicilio de Cristina Kirchner.
Concesiones y prioridades divergentes
En el plano económico, Brasil aceptó ampliar el arancel externo común a 50 nuevos códigos, una concesión a Argentina que, según la embajadora Gisela Padovan de Itamaraty, busca aliviar la situación tarifaria y comercial del país. Esta medida fue acordada tras la reunión de cancilleres en abril y se espera que sea formalizada durante la cumbre.
Sin embargo, persisten diferencias clave. El Gobierno argentino, en su intento por estrechar lazos con Donald Trump, había solicitado flexibilizar sus aranceles, incluso con la amenaza inicial de abandonar el Mercosur.
Si bien la flexibilización de aranceles podría facilitar las relaciones con Trump, una invitación a la Casa Blanca no ha llegado. Por otro lado, Brasil buscará avanzar en temas que Argentina históricamente evitó, como los aranceles en el sector automotriz y azucarero.
Visiones opuestas sobre el futuro del Bloque
Brasil priorizará el acuerdo con la Unión Europea, iniciativa que encuentra más resistencia en el gobierno de Milei, cuyas diferencias ideológicas con la UE son notorias.
Además, Brasil impulsará una agenda de "Mercosur verde" que promueva la sostenibilidad en el comercio y la adopción de energías renovables. También buscará fortalecer la dimensión política, social y de participación social en el bloque, áreas en las que la gestión argentina priorizó el ajuste y un enfoque más conservador. Esta decisión generó críticas de organizaciones de derechos humanos y grupos de diversidad sexual.
La presidencia pro-tempore de Brasil promete una agenda ambiciosa, pero las tensiones políticas y las divergencias económicas con Argentina plantean desafíos significativos para el futuro del Mercosur.







