LA GACETA en Buenos Aires
Lucas Pusineri, sin dudas, es el gran conductor de Atlético. El entrenador demuestra su liderazgo de forma constante y, sobre todo, pone al equipo por encima de todo. Para él, nada es más importante que lo colectivo. Por eso, en cada declaración resalta el valor del respeto, la cohesión y la necesidad de fortalecer los vínculos dentro y fuera de la cancha. En una entrevista con “Fuerte al Medio”, el nuevo programa deportivo que se emite por LG Play, volvió a destacar la importancia de una convivencia armónica: “Buenas personas hacen que los grupos sean mejores”, afirmó.
La delegación que trabaja durante la pretemporada en Buenos Aires está compuesta por unas 40 personas, entre jugadores, utileros, médicos y cuerpo técnico. Para que todo funcione, el DT asegura que hay una norma que está por encima del resto: el respeto. “Eso tiene que reflejarse en la rutina”, subraya.
Y el “Decano” lo cumple a rajatabla. El cronograma diario está perfectamente establecido: desayuno a las 9, entrenamiento a las 11, almuerzo a las 13.30, merienda a las 18.30 y cena a las 21.30. Todo bajo control, con una estructura que sostiene al grupo dentro y fuera del campo. Sólo los días de partido alteran esa rutina: el plantel arranca la jornada un poco más temprano.
En cuanto a la preparación, Pusineri explicó que el grupo se encuentra en la tercera semana de trabajo. La primera fue de adaptación; la segunda, enfocada en el incremento de cargas físicas. Ahora, el objetivo es que los músculos se aclimaten al esfuerzo real que exige el fútbol profesional. Por eso, los amistosos contra Independiente (fueron una victoria y una derrota) y Lanús (perdió 2-0) fueron útiles para medir el ritmo competitivo. “Quiero que recorran metros en una cancha y se sometan a esas cargas. Estos partidos nos servirán para experimentar espacios reales. Los jugadores están muy cansados, pero es la parte en la que tenemos que mantener la tranquilidad para lograr los objetivos. Tenemos que meternos dentro de los ocho que clasifican a la próxima ronda”, apuntó.
Una salida diferente
La pretemporada, además, es una oportunidad clave para reforzar el clima interno. Pusineri lo sabe y por eso también propone actividades fuera del fútbol. Hoy organizó una salida al teatro: fueron a ver “Mi amiga y yo”, una obra protagonizada por Sebastián Presta, Josefina Scaglione, Sabrina Lara y Leandro Serodino, en el Paseo La Plaza.
“Tengo un amigo que trabaja con artistas. Me pareció acorde que todos podamos presenciar algo que no tenga que ver con el fútbol. Ayuda a despejar la mente, a pasear. Estamos en Buenos Aires y no tenemos que dejar de lado eso”, explicó.
Un episodio inusitado
El viaje a Buenos Aires también tuvo su anécdota. Uno de los jugadores olvidó su DNI en Tucumán, lo que complicó su embarque en el Aeropuerto Benjamín Matienzo. Pero Pusineri actuó con rapidez y lucidez, como buen líder. “Me enteré un poquito de rebote en el aeropuerto y el policía tuvo la amabilidad de hacerlo ingresar. Además, ya estaba en trámite para poder hacerlo en Buenos Aires, como para no tener problemas en el regreso”, relató.
Y agregó entre risas: “Intercedí para que viaje. Hay que tener soluciones dentro y fuera del campo. Por suerte lo pude resolver. Claro que si pasa en una Copa Libertadores, fuera del país, ya no podré hacer nada”, aseguró.
Nuevas costumbres
El técnico también reflexionó sobre las diferencias entre las pretemporadas actuales y las de su época como jugador, especialmente en relación a los tradicionales bautismos de los juveniles.
“No estoy en el detalle sobre si les cortarán o no el pelo. Con el frío de Buenos Aires, me parece mejor que no. Las cosas van cambiando y se hacen otro tipo de bautismos. Hay muchos que están en su primera pretemporada y eso va variando. Si se entera uno de los referentes, a lo mejor toman nota y vuelven a lo de antes”, señaló.
Por último, valoró el buen trato que reciben los más jóvenes del plantel: “Me acuerdo de las primeras pretemporadas y enfrentamientos que tuve cuando era chico... Nos sometíamos a las patadas de los más grandes. Hoy, por suerte, eso cambió. Mejoraron mucho los tratos con los nuevos y con los que llegan de otros lados. Está bueno para que la aclimatación sea más fácil”, concluyó.







