Con miedo y hartazgo, iraníes e israelíes sufren el bombardeo

Muchos huyen de la capital iraní. Los que no pueden irse, contienen la respiración a la espera del siguiente ataque. Una generación en Israel que creció con la guerra de fondo.

A RESGUARDO. La estación Carmelit, en Haifa, se convierte en refugio, ante el miedo a un bombardeo iraní. A RESGUARDO. La estación Carmelit, en Haifa, se convierte en refugio, ante el miedo a un bombardeo iraní.
18 Junio 2025

TEHERÁN, Irán.- Los bombardeos israelíes en Teherán no parecen dar tregua, por lo que muchos habitantes decidieron huir de la capital. Para otros, marcharse no es una opción.

“Escuché varias explosiones en los últimos días cerca de mi casa, en el oeste de Teherán (...) Quería salir de la ciudad, pero tengo varios gatos y no puedo abandonarlos”, explica Mina, una informática de 37 años.

Ya van cinco días desde que Israel lanzó una ofensiva contra sitios estratégicos de Irán, con el con el objetivo declarado de impedir que Teherán adquiera el arma nuclear. Desde entonces, la escalada no ha hecho más que agravarse y muchos barrios de la capital iraní se vaciaron.

Los bombardeos mutuos dejaron al menos 224 muertos en Irán y 24 en Israel, según los balances comunicados por las autoridades de ambos países.

El lunes, Israel llamó a los habitantes de una zona del noreste de Teherán a evacuar antes de bombardear el edificio de la radio y televisión estatal iraní (IRIB), un ataque que dejó al menos tres muertos según el grupo audiovisual.

En este clima de tensión, se formaron largas filas ante panaderías y estaciones de servicio, a veces de varios kilómetros, pues quienes se quedaron en Teherán tratan de abastecerse de combustible y productos de primera necesidad.

Aunque los pequeños comercios de barrio siguen abiertos, los mercados y joyerías de toda la ciudad cerraron sus puertas. También el Gran Bazar permanecía cerrado. Ayer, tras el éxodo y los embotellamientos en las rutas que salían de la ciudad, el centro de la capital parecía más tranquilo, con algunas colas frente a las farmacias.

En unas imágenes cuya autenticidad no pudo comprobar la prensa, se ven graves daños en zonas residenciales, con ventanas destrozadas, fachadas colapsadas y salones cubiertos de escombros. En la plaza Tajrish, un grupo de obreros reparaba una cañería dañada durante un bombardeo y había vecinos buscando agua.

Cansancio

En Israel, desde la otra punta del bombardeo, hay una generación marcada por la guerra, cansada por las ofensivas en Gaza e Irán. “No sabemos cómo vivir, ya no hay futuro, nos las pasamos en los refugios esperando los misiles, pero queremos vivir. Por eso matamos el tiempo bailando, con el karaoke, cantando canciones de paz, tomando, fumando… ¿Qué otra cosa podemos hacer? ¿Esperar? ¿Ponernos ansiosos?”.

“No hay emociones, estamos cansados de todo esto, hace demasiado tiempo que estamos en guerra, aborrecemos lo que está sucediendo en Gaza y también aborrecemos esta guerra contra Irán que nos está paralizando y poniendo en peligro como nunca antes”, dice Angeli, en una nota publicada por el diario “La Nación”. Esta estudiante de Ciencias Sociales en la Universidad Hebrea de Jerusalén, que está junto a amigos de diversas edades que estudian cine, arte, historia. Ellos, la contracara de la euforia generalizada por la guerra contra Irán, critican al gobierno “fascista” y extremista de Benjamin Netanyahu e, inmersos en una profunda crisis existencial, dicen que lo único que sueñan es un futuro de paz.

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