En medio de la vorágine de la separación de Wanda Nara y Mauro Icardi, la empresaria parece haber dado un paso adelante. Es que la conductora se tomó unos días de esparcimiento y relajación en Italia. Allí pasó las tardes en su imponente casa de campo de Milán y compartió cada espacio en sus publicaciones de Instagram.
“Mi lugar de paz, mi casa de campo”, escribió Wanda en su publicación que ya superó el medio millón de Me gusta. Mostró sus exteriores, interiores y alrededores que parecen de ensueño. La vida campestre que la presentadora elige tiene desde una cálida biblioteca hasta un refrescante río cercano.
¿Cómo es la casa de campo de Wanda Nara en Milán?
En Milán está una de las tantas casas de Wanda Nara. Rodeada de un amplio patio verde con un cuidado césped, la casa tiene dos plantas, ladrillos a la vista y techos de tejas oscuras. La pared superior se recubre de una espesa enredadera que brinda más frescura a la casa.
Los interiores están colmados de muebles de madera rústica y de un decorado igualmente cargado y cuidado en el que los cuadros se convierten en protagonistas. Las habitaciones se encuentran en el primer piso y los ventanales tienen maravillosas vistas al verde exterior.
Para mantener el interior en consonancia con el campo que rodea la casa, las paredes están pintadas de tonos verdosos y crema. La cocina y los baños siguen este tono. Las puertas y ventanas también son de un color claro y de diseño clásico. La mesa es un largo tablón con espacio para ocho a diez personas.
En baños y habitaciones, los cuadros revisten las paredes: capturas de películas, artistas, bailarines en blanco y negro ilustran los espacios. En una de las salas, una biblioteca cargada de libros de lomos antiguos da lugar a la habitación de juegos en la que se encuentra la mesa de pool: imponente, de madera oscura brillosa y con un paño azulado.
Las habitaciones para descansar siguen el mismo estilo. Las camas son altas y una decena de almohadas y almohadones coronan la cabecera. Los abrigos aterciopelados no faltan y los cuadros aparecen otra vez. Caballos, autos, jinetes y aves recrean en el interior la vida exterior.








