Los micros, un viejo y cambiante mecanismo para transportar drogas

Los micros, un viejo y cambiante mecanismo para transportar drogas ARCHIVO

La imagen de un gendarme revisando un oso de peluche puede parecer una tierna situación. Pero en realidad, lo más probable es que estén buscando droga. El relleno de juguete con cocaína o marihuana es uno de los sistemas de transporte que están utilizando los narcos para llevar adelante la actividad ilícita.

Los micros siempre fueron usados por los contrabandistas para transportar estupefacientes. La diferencia es que ahora no sólo utilizan los de línea, sino también los de tours de compras y los que transportan trabajadores golondrinas, como ocurrió en el último caso reportado.

Normalmente las empresas de viajes son elegidas por “camellos”, que ingieren hasta 100 cápsulas de cocaína para transportar. También están los que ocultan la droga en bolsos o valijas que no tienen el precintado de despacho. Por supuesto, tampoco faltan los que eligen las decenas de escondites que encuentran en esos gigantescos vehículos. En esos casos, siempre queda dando vuelta la sospecha de la complicidad de algún empleado infiel.

El año pasado, el fiscal federal Agustín Chit y sus pares del NOA descubrieron una red de corrupción. Efectivos de Gendarmería Nacional recibían sobornos de los organizadores de tours de compras para que los dejaran transitar libremente por las rutas. De esta manera transportaban sin problemas mercadería ingresada ilegalmente al país y estupefacientes.

Plantillas de zapatillas

En lo que va del año las autoridades decomisaron 50 kilos de cocaína, un 50% más que los 32 kilos secuestrados el año pasado. Los panes estaban ocultos en medio de los pantalones, sábanas y zapatos que estaban en los bagayos. El hallazgo más insólito fueron los cuatro kilos de marihuana disimulados como plantillas de zapatillas.

“El problema al que nos enfrentamos es que estos micros están tomando caminos alternativos para eludir los controles. A veces, según la información que tenemos, se ocultan en los montes hasta que el personal apostado se retira del lugar”, informó Fabio Ferreyra, responsable del Operativo Lapacho.

El comercio electrónico: el aliado de los narcos

El desarrollo del comercio electrónico se transformó en un inesperado aliado para los narcos. El crecimiento de las ventas on line está acompañado por el desarrollo de las empresas que envían encomiendas de un lado a otro. Los traficantes aprovechan este fenómeno para concretar importantes envíos de estupefacientes.

“El mayor problema al que nos enfrentamos es controlar los camiones que vienen repletos de encomiendas. Todo depende de la buena suerte y del olfato de los efectivos”, señaló Fabio Ferreyra, titular del Operativo Lapacho.

El funcionario, como sus pares de Gendarmería Nacional, explicaron cómo son los procedimientos que realizan. Se detiene el camión, se sacan unos bultos para formar una especie de pasillo para buscar. Si llegan a encontrar un paquete sospechoso, bajan toda la mercadería que transportan para revisar. “El problema es que después hay que cargar nuevamente todo. Nos lleva muchísimo tiempo. Quizás, por hacer ese control, se nos pueden pasar varios vehículos que tienen droga”, explicó.

Los pesquisas sostienen que ni siquiera utilizando los escáneres que poseen pueden agilizar el trabajo. “Necesitamos otro tipo de control, que por ejemplo, las empresas sean más cuidadosas a la hora de despachar la mercadería”, indicó Ferreyra.

Las encomiendas, según las leyes argentinas, no pueden ser requisadas sin una orden judicial. Sin embargo, las normas internacionales establecen que el envío al exterior debe ser a paquetes abiertos. El despachante debe mostrar qué es lo que está por enviar antes de cerrar el envoltorio.

Los investigadores se quejaron porque los empleados de correo privado y público no ponen atención adecuada. Cuestionan que se envíen desde Orán decenas de cubiertas sin el aval aduanero o despachen paquetes con kilos de marihuana sin percatarse del aroma que tienen. Días atrás, por ejemplo, se desarticuló una organización que se dedicaba a enviar decenas de kilos de cocaína ocultas en prensas hidráulicas que se despachaban por encomiendas. “¿Cuántas fábricas hay en Orán que se dediquen a producir este elemento? Ninguna. Es para sospechar”, dijo una fuente.

Comentarios