FERVOROSOS. El grupo de tucumanos se hizo sentir en el GP de Mónaco, alentando a Colapinto.
El Gran Premio de Mónaco es uno de los eventos más icónicos del calendario de la Fórmula 1, se trata de un escenario muy complicado por sus calles estrechas, pero que fueron testigo de un crecimiento del argentino Franco Colapinto, quien completó una sólida actuación tras largar desde el puesto 18 y finalizar 13°, avanzando cinco posiciones con un manejo inteligente y una buena estrategia desde boxes. Pero además de su evolución en la pista, el joven piloto bonaerense sigue cosechando algo tan valioso como los puntos: el fervor de sus compatriotas.
Cada vez que compite, Colapinto es acompañado por una marea de fanáticos argentinos, y este fin de semana en Mónaco no fue la excepción. Entre ellos, un grupo de alrededor de 15 tucumanos viajó hasta el Principado para alentar al piloto de Pilar y vivir de cerca el espectáculo único que ofrece este circuito callejero.
Gustavo Villa, uno de los hinchas presentes, compartió sus sensaciones: “Esta carrera es una experiencia única, y con el aditamento de alentar a un compatriota, es todavía más emocionante. Había mucho entusiasmo entre los argentinos que éramos alrededor de 15”, comentó a LA GACETA, mientras abandonaba el circuito.
El fanático destacó también la experiencia de vivir una carrera en Mónaco: “Presencié alrededor de seis carreras en diferentes circuitos, pero el clima de Mónaco es único, lleno de glamour. Es un espectáculo aparte el despliegue de autos, yates, vestimentas tanto de mujeres como de hombres. Todo es especial acá”. La presencia tucumana se organizó gracias a "Peke" Pinello, un referente entre los entusiastas del automovilismo. “Como siempre, excelente organización de Peke y un gran grupo de tucumanos que compartimos esta pasión”, señaló Gustavo.
Sobre Colapinto, el fanático no dudó en enviarle un mensaje: “Que siga así, de menor a mayor. Tiene mucho por delante, sin dudas tiene mucho futuro”. Mientras Lando Norris (McLaren) se llevó la victoria, Colapinto dejó buenas sensaciones y sigue afianzándose en la máxima categoría del automovilismo, respaldado por un país que lo sigue de cerca… incluso desde las laderas del glamoroso Mónaco.







