24 Mayo 2025
Si hay algo que caracteriza a Franco Colapinto es ese fuego de velocidad que tiene, muy explotado en las categorías previas a la Fórmula 1 y fue una de las aptitudes que lo llevó a ser atractivo para dar el salto a la “Máxima”. En Mónaco, donde se corre la octava fecha de la temporada, y con el antecedente de Imola (chocó en la Clasificación) no está siendo rápido. Ya durante la semana, Flavio Briatore y antes de que Colapinto empiece la actividad en el trazado italiano, entre otras cosas, dijo que no tenía que romper el auto. Y para cumplir eso, acelerar al máximo es imposible. La orden del empresario italiano, sería hasta la prueba de Clasificación, ahí sí, puede acelerar, pero pensando en que el auto ingrese inmaculado al box al final de hoy.
Briatore salió del hospitality de Alpine (el sector social que tienen las escuderías). Cuando lo abordó una periodista de la TV española de la cual es amiga, según LA NACIÓN, se sumaron más comunicadores y le preguntaron por el argentino y el australiano, Jack Doohan, suplente en Mónaco. Al momento se corrían los entrenamientos en los que el pilarense había sido 19º en la FP1, y 20º, último, en la FP2.
Claramente, puestos que no van con la personalidad de un “piloto con fuego”. Briatore había sido taxativo frente a Colapinto antes de comenzar la jornada: “Traé el coche intacto hoy (por el viernes). No queremos daños”, así se lo dijo el jefe de Alpine. El plan de la escudería es que en los tres entrenamientos el camino sea de toma de confianza y en la carrera que ordenará la grilla de la final de mañana, pueda acercarse a su estilo extremista. Sin embargo, la petición de Briatore tiene ímpetu en que sea rápido, lo más posible, pero sin que eso le juegue una mala pasada como en Imola, Las Vegas, Azerbaiyán y San Pablo, por duplicado.
Así se entiende más aún, y además porque el circuito callejero de Mónaco lo exige, el manejo conservador de Colapinto que lo dejó en la última fila en las prácticas. Por ejemplo, el pilarense no permitió que su Alpine A525 se acercara a menos de 10 o 15 centímetros de las vallas de contención. Algunos como George Russel llegaron a colocarlo a cuatro centímetros y otros, directamente, rozaron las contenciones. En las curvas el Alpine no se mostró ni se lo escuchó exigido, como sí en Imola.
Si el plan sigue así, en Montmeló, en el Gran Premio de España, los pedidos serán de ampliar los límites, o mejor expresado, será autorizado por Briatore a acelerar.
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