Irregular como visitante, con figuras nuevas y un entrenador con oficio: así llega Racing de Córdoba

Volver a empezar no siempre significa partir de cero. A veces, se trata de corregir el rumbo, ajustar piezas y renovar la confianza. Eso es lo que intenta hacer Racing de Córdoba, el próximo rival de San Martín: mejorar lo hecho en la temporada pasada sin renunciar a su identidad. Después de un 2024 en el que terminó séptimo, hoy se ubica sexto en la tabla y dentro de zona de Reducido. Paso a paso, con altibajos, pero avanzando.

El presente del conjunto cordobés es un espejo que refleja una transición: disputó 14 partidos, de los cuales ganó cinco, empató cinco y perdió cuatro. Con 20 puntos, se sostiene en una posición expectante. Aunque aún no encontró una regularidad marcada, su evolución respecto al año pasado es evidente, al menos en lo numérico.

Pero hay una grieta que todavía no logra cerrar: su rendimiento fuera de casa. En seis partidos como visitante, apenas consiguió dos triunfos, un empate y sufrió tres derrotas. Esa vulnerabilidad lejos del estadio Miguel Sancho puede ser un factor a favor del “Santo”, que buscará imponer condiciones en La Ciudadela.

Parte de esta búsqueda de consistencia se refleja en el cambio de entrenador. Diego Cochas dejó su cargo tras el empate 1-1 contra San Miguel por la décima fecha. Aunque el equipo se mantenía dentro de los ocho mejores, la seguidilla de cuatro partidos sin victorias precipitó su salida. Cochas había logrado cuatro triunfos, tres empates y tres derrotas (una de ellas en Copa Argentina frente a Defensa y Justicia), pero no logró consolidar una idea de juego.

No obstante, antes de irse, dejó un mensaje sincero. “Estoy agradecido a Racing, me formé acá. La oportunidad que los directivos me dieron lo agradezco. Estoy trabajando como siempre, tratando de que el equipo esté arriba. Seguimos dentro de los ocho, pero no puedo negar que hemos perdido puntos de local que duelen mucho”, reconoció el DT saliente.

De esta manera, la dirigencia apostó entonces por la experiencia de Héctor Arzubialde, un técnico con recorrido en equipos como Talleres, Gimnasia de Jujuy, Santamarina, Desamparados y Estudiantes de San Luis. Así en sus primeros cuatro partidos al mando de Racing, cosechó una victoria, dos empates y una derrota. Su llegada le aportó orden, pero todavía no logró una transformación profunda.

En cuanto al plantel, se puede decir que el mercado de pases dejó marcas importantes. Por un lado, llegaron nombres que sumaron valor: Daniel Avello (ex Gimnasia y Tiro), Lautaro Villegas (San Miguel), Braian Rivero (ex Defensa y Justicia) y Valentín Perales (Estudiantes de Caseros), entre otros. Pero también hubo bajas pesadas, como la de Bruno Nasta, goleador de la temporada pasada, quien partió a San Miguel; o la del capitán Facundo Rivero, hoy en Ferro. También se fueron Abel Bustos (Deportivo Madryn), Matías Pardo (Patronato) y Fernando González (Güemes de Santiago del Estero).

En este nuevo escenario, Pablo Chavarría asumió el protagonismo ofensivo. Con seis tantos, es el máximo anotador del equipo, seguido de cerca por Matías Machado, que suma cinco. La generación de juego pasa en buena parte por los pies de Julián Vignolo, quien acumula tres asistencias y dos goles, y fue clave para abrir defensas cerradas.

Desde lo táctico, Arzubialde mostró versatilidad. En algunos partidos optó por un 4-4-2 clásico, buscando solidez en el medio y aprovechando la potencia de sus delanteros. En otros, se inclinó por un 4-2-3-1 más flexible, con mayor libertad para los volantes ofensivos. Aún así, la principal deuda sigue siendo la capacidad de sostener resultados como visitante y mantener el equilibrio durante los 90 minutos.

En defensa, Racing muestra signos de mejora pero aún comete errores en el retroceso, especialmente cuando el rival presiona alto. Recibió 19 goles en 14 fechas, una cifra que no alarma pero que tampoco ilusiona. Su arquero titular Joaquín Mattalia tuvo  buenas actuaciones, pero el sistema colectivo aún necesita mayor solidez.

La “Academia” quiere dar el golpe

Lo que está claro es que el equipo de Nueva Italia quiere ser más que un buen intento. El año pasado estuvo cerca, pero se quedó en la orilla. Ahora, bajo la conducción de un técnico más experimentado, buscará cruzar el umbral que lo separe de la irregularidad. Enfrente tendrá a un San Martín que, en su casa, se hace fuerte y que no puede permitirse perder terreno tras el tropiezo en Villa Crespo.

El duelo promete intensidad y una lectura táctica profunda. Por presente, por nombres y por necesidades, ninguno regalará nada. Será una prueba de carácter para ambos. Para Racing de Córdoba, un desafío de afirmación. Para San Martín, la oportunidad de aprovechar las grietas de un equipo que todavía busca su versión más confiable.