El gobierno de Javier Milei anunció la eliminación total de los aranceles de importación para teléfonos celulares, como parte de un paquete de medidas que busca reducir los precios de productos electrónicos, fomentar la competencia y avanzar en la desregulación del mercado.
El decreto que formalizará la medida será publicado entre el jueves y el viernes, según confirmó el vocero presidencial, Manuel Adorni, en conferencia de prensa en Casa Rosada.
Actualmente, los celulares importados pagan un arancel del 16%. Con el nuevo esquema, la eliminación se implementará en dos etapas: la primera, de aplicación inmediata tras la publicación del decreto, reducirá el arancel al 8%. La segunda etapa entrará en vigencia el 15 de enero de 2026, cuando la tasa pasará a 0% de manera definitiva.
“El Gobierno va a eliminar por completo los aranceles de importación de celulares, que hoy son del 16% y pasarán a ser del 0%”, afirmó Adorni.
Reducen impuestos internos
El paquete anunciado incluye además una rebaja en los impuestos internos que gravan a celulares, televisores y aires acondicionados. Para los productos importados, la alícuota se reducirá del 19% al 9,5%. En el caso de los fabricados en Tierra del Fuego, la tasa bajará del 9,5% al 0%.
Este cambio amplía los beneficios del régimen de promoción industrial vigente en la provincia fueguina desde hace más de cuatro décadas, y busca equilibrar la competitividad de la producción local frente a los productos importados, ahora sin aranceles, consignó el sitio Infobae.
Según Adorni, las medidas apuntan a corregir distorsiones de precios que colocaban a la Argentina como uno de los países con productos electrónicos más caros de la región. El vocero mencionó que en muchos casos, los celulares de gama alta podían costar el doble que en Estados Unidos o Brasil, lo que llevaba a numerosos consumidores a viajar al exterior para adquirirlos, incluso considerando gastos de pasaje y alojamiento.
“Con esta reducción impositiva se estima que los precios de los productos electrónicos importados podrían bajar, como mínimo, un 30%”, aseguró el funcionario.
La administración central apuesta a que la competencia entre fabricantes nacionales e importadores genere una baja generalizada de precios en el mercado interno, beneficiando tanto a los consumidores como al sector comercial.