¿Por qué se aprecia el oro en el mundo?

Con un sólido desempeño en 2024 y en lo que va del año, sigue captando la atención de los mercados globales, no sólo como refugio tradicional en tiempos de incertidumbre, sino también como activo estratégico para bancos centrales e inversores.

EN LINGOTES. Las tensiones geopolíticas y una renovada demanda institucional alimentaron la demanda del metal en el planeta. EN LINGOTES. Las tensiones geopolíticas y una renovada demanda institucional alimentaron la demanda del metal en el planeta.

Ni dólares, ni bitcoin. El oro se ha convertido en una de las opciones como activo financiero. ¿Qué pasó? Su valor en el mercado trepó por encima de los U$S 3.500 la onza (28,35 gramos), mientras la demanda global de oro aumentó un 7% durante el primer trimestre, especialmente en el segmento de lingotes físicos, indica un reporte de la consultora Metal Focus. Asia continúa liderando las compras institucionales, pero el fenómeno se expande hacia otras regiones y, cada vez más, hacia inversores individuales. A esto se suma una baja en las tasas de interés internacionales y un dólar debilitado, condiciones que impulsan al oro como resguardo de valor.

Su reciente rally, impulsado por factores macroeconómicos, tensiones geopolíticas y una renovada demanda institucional, parece tener fundamentos sólidos que lo diferencian de otros commodities. Esta dinámica sugiere que, aunque se hayan registrado alzas significativas en los últimos años, aún quedaría margen para mayores retornos, indica un reporte de Balanz. Desde principios de año, el metal precioso acumula una suba de 26.2% en dólares, mostrando un retorno superior a las acciones de América latina (suba del 17,6%), Europa (15.2%), Mercados desarrollados (11,9%) y EMEA (Europa, Oriente Medio y Africa), con una expansión del 8,2%, ubicándose así en el podio dentro de los activos con mayores retornos. A diferencia del dólar y las tasas de los bonos del Tesoro americano, las cuales no mostraron recientemente propiedades de activos de refugio en medio de la guerra comercial desatada por los anuncios de Donald Trump, el oro sí lo hizo.

Según Balanz, el oro se beneficia de un interés institucional sostenido, con inversores de largo plazo que lo consideran un seguro de cartera. Esta fortaleza se refleja también en su menor volatilidad y en un comportamiento que lo posiciona como un refugio confiable en escenarios de incertidumbre económica global.

Tomando como referencia el comportamiento histórico del metal, la plataforma de inversiones señala que el oro mantiene su rol de diversificador de portafolio frente a la renta variable, actúa en sincronía con los bonos en entornos de baja tasa o aversión al riesgo, y se fortalece ante la debilidad del dólar. “Históricamente, la correlación entre el oro y los retornos totales del S&P 500 ha sido mayormente negativa o baja, especialmente en períodos de crisis (como en la década de 1980 y la Gran Crisis Financiera de 2008). Esto confirma que el oro suele comportarse como un activo defensivo, con rendimientos que tienden a disociarse de los de la renta variable en momentos de estrés o alta incertidumbre”, puntualiza. Sin embargo, desde 2010 la relación ha oscilado en torno a cero con tramos positivos, reflejando momentos en que ambos activos fueron impulsados por liquidez abundante y tasas reales negativas. La correlación con la renta fija americana se ha tornado consistentemente positiva desde mediados de los 2000, lo que sugiere que el oro ha empezado a actuar en tándem con los bonos cuando las tasas bajan y los precios de los bonos suben, en un entorno de búsqueda de refugio o ante expectativas de relajamiento monetario.

En cuanto al dólar americano, la correlación es claramente positiva y relativamente estable desde fines de la década de 1990, reflejando que el oro tiende a apreciarse cuando el dólar pierde valor, en línea con su rol tradicional como cobertura contra depreciaciones del dólar. Debido a la dinámica reciente de los activos americanos, particularmente las tasas del Tesoro y el dólar, donde parecen estar mostrando movimientos contrarios a propiedades de refugio, el oro se sigue posicionando como un activo de refugio y diversificador.

A nivel global, los bancos centrales vienen revelando una política sostenida de acumulación de reservas en oro, principalmente los de mercados emergentes. La cantidad total de oro físico en poder de los bancos centrales continúa en máximos desde 1980, luego de un sostenido proceso de acumulación iniciado en momentos cercanos a la crisis financiera de 2008, alcanzando hoy las 1.164 millones de onzas troy. En términos de participación dentro del total de reservas internacionales, el oro totaliza un 25% en el total mundial, el nivel más alto desde 1988.

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