Foto: Instagram Luciano Asevedo
El plantel de Tarucas, la franquicia del NOA con sede en Tucumán que disputa el Súper Rugby Américas, cuenta con varios jugadores mendocinos. Entre ellos, Luciano Asevedo, segunda línea de 20 años, que pelea por un lugar en el equipo para mañana por la noche enfrentar a Selknam en Lawn Tennis, en un duelo clave en la lucha por la clasificación a semifinales.
Asevedo es uno de los jugadores con más proyección del equipo dirigido por Álvaro Galindo. A sus cortos 20 años afronta su primera temporada como profesional hecho y derecho (estuvo como invitado en Dogos y Pampas, pero no debutó), y ya lleva varios años en seleccionados juveniles.
“Es una experiencia nueva. Como tal, hay cosas que me gustan y cosas que no. Me gustan los entrenamientos y los viajes para los partidos; conocí lugares nuevos y la paso bien con amigos”, contó Asevedo en diálogo con LA GACETA, sobre cómo lleva adelante la temporada.
La cantidad de mendocinos en el plantel lo ayudó bastante en la adaptación. También fue importante que ya conociera a Galindo, quien lo dirigió en Los Pumitas. “Ya sé cómo entrena y lo que le gusta”, dijo.
Una montaña rusa
El 2024 fue bastante complejo para él. En mayo fue parte del plantel de Los Pumitas que, bajo el liderazgo de Galindo, disputó la primera edición del Rugby Championship M20. Fue titular en la derrota 43-20 ante Nueva Zelanda, mientras que ingresó en el segundo tiempo en el triunfo por 25-6 sobre Australia, y en la derrota 28-30 frente a Sudáfrica.
“Me sirvió un montón esa experiencia. Solamente había jugado con mi club o con seleccionados de la zona. Los rivales eran durísimos; me sirvió mucho para acostumbrarme al contacto y al ritmo de juego”, relató. Además, lo ayudó en lo relativo a la madurez. “Soy muy familiero, me cuesta estar lejos de mi familia. Ese viaje (el torneo se jugó en Australia) me ayudó bastante. Disfruté un montón”, aseguró.
Tras ese torneo, Asevedo fue convocado nuevamente por Galindo para el Mundial de la categoría. Sin embargo, un día antes de viajar a Sudáfrica (sede del torneo) sufrió un golpe que le causó una lesión ligamentaria y debió ser desafectado del equipo.
“Fue horrible. La pasé muy mal, estaba muy triste y no paraba de llorar. Encima, después veía a los chicos cantando el himno y me ponía peor”, reconoció Asevedo. “Me apoyé mucho en mi familia, en mis entrenadores, y seguí para adelante”, indicó.
La revancha
Tras ese mal trago, la vida le deparó cosas buenas, al menos en materia rugbística.
A fines de agosto de 2024, fue citado por Felipe Contepomi para participar de los entrenamientos de Los Pumas previos a los duelos contra Australia por el Rugby Championship, en calidad de jugador de desarrollo. Un llamado que, reconoció el propio Asevedo, fue inesperado. “Estaba justo en el campo y no tenía ni señal. Cuando me llegó la llamada estaba muy nervioso. Ahí nomás se lo conté a mi viejo, que se puso ‘chocho’ por lo que había pasado en el Mundial. Fue muy lindo”, recordó.
Y si la noticia fue linda, más todavía lo fue la experiencia. “Admiro a muchos de Los Pumas, como (Tomás) Lavanini, Pedro Rubiolo… pasar de verlos por la tele a entrenarme con ellos fue increíble. Tienen otro nivel. El primer entrenamiento me costó, pero después le agarré la mano”, dijo.
Fueron días intensos para él, porque antes de que Los Pumas jugaran su primer partido contra Australia, Asevedo debió dejar el plantel y tomarse un vuelo directo a Brasil para disputar un partido con Argentina XV, seleccionado al que también fue citado para jugar dos amistosos.
Asevedo integró el plantel de Dogos en 2023 y el de Pampas en 2024, aunque en ambos casos lo hizo como invitado y no llegó a debutar. Finalmente con Tarucas fue confirmado como parte del plantel regular y sumó varios partidos.
Pese a no haber sumado minutos antes, las experiencias previas en el Súper Rugby Américas fueron importantes. “En la primera, con Dogos era un pendejito y no tenía ni idea del ritmo que tenían. Me hizo darme cuenta de lo que me faltaba, así que le metí fuerte. En Pampas fue mucho mejor, ya estaba acostumbrado”, detalló.
Para Tarucas, entonces, llegó mucho mejor preparado. “Apenas me llegó el aviso empecé a entrenar como loco”, reconoció.
Asevedo afirmó que tanto él como el equipo crecieron notablemente desde el arranque de la pretemporada, a mediados de enero. “En lo individual, siento que evolucioné tanto personalmente como a nivel de juego. Empecé a leer mejor la cancha a usar mejor mi espacio”, apuntó. “A este grupo lo veo mucho más fuerte. Estamos mucho más tranquilos, más metidos y mejor de la cabeza”. Algo para lo que fue clave el triunfo 35-28 sobre Peñarol la semana pasada. “Necesitábamos una victoria así; tuvimos un muy buen partido”, afirmó.
Ese éxito en Montevideo posicionó a Tarucas de lleno en la lucha por el pase a semifinales, y el duelo ante Selknam de mañana será clave. “Tenemos pensado cagarnos a palos y jugar a lo que nosotros jugamos”, anticipó.
El público, que llenó la cancha prácticamente en todos los partidos previos, puede ser un plus para Tarucas, reconoció. “No tenía ni idea de la movida del rugby en Tucumán. Cuando llegué empecé a investigar. El primer partido el estadio explotó de gente; nunca había jugado con un marco así. Fue algo único. Me da un extra el apoyo del público; me siento más feliz y con más energía”, relató.
Y aunque está enfocado en el cierre del torneo, anticipó sus planes para el resto del año. “La idea es volver a mi club, extraño jugar ahí. Tuve chances para ir a Europa, pero todavía no quiero; me falta un poco de ritmo de cancha y de mentalidad”, consignó. Y, por supuesto, la ilusión de vestir la “albiceleste” está vigente: “Si se da la oportunidad de Argentina XV o Los Pumas sería lindo. Ese es el objetivo mayor”, concluyó.







